¿QUE COSA SACIA SU HAMBRE?
Jesús respondió a la petición de fe por parte de sus discípulos, de esta forma. Él les dijo: “¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? ¿No le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come y bebe tú?...Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos, pues lo que debíamos hacer, hicimos” (Lucas 17:7-8,10).
Cristo se refiere, en este pasaje, a nosotros, sus siervos, y a Dios, nuestro Amo. Nos está diciendo que nosotros que debemos alimentar a Dios. Usted se preguntará: “¿Qué tipo de comida, se supone que debemos traerle al Señor? ¿Qué cosa sacia su hambre?
La Biblia nos dice: “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6). En palabras simples, el plato más deleitoso de Dios es la fe. Esa es la comida que le agrada.
Lo vemos ilustrado a lo largo de las Escrituras. Cuando el centurión le pidió a Jesús que sane a su criado enfermo con sólo decir la palabra, Cristo disfrutó el banquete de la fe vibrante de este hombre. El replicó: “De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe” (Mateo 8:10). Jesús estaba diciendo: “He aquí un gentil, un extranjero, que está alimentando mi espíritu. ¡Qué cena tan nutritiva me está dando la fe de este hombre!”.