EL SORPRENDENTE RECONOCIMIENTO DE DAVID

Después de exaltar ampliamente La Palabra de Dios, David concluye el salmo 119 con este verso: “Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo” (verso 176).

 

David quiere decir, en esencia: “Por favor, Señor, búscame como un pastor busca una oveja perdida. A pesar de todo mi conocimiento bíblico, mi predicación y mi largo recorrido contigo, de alguna manera me he alejado de tu amor. He perdido el sentido de reposo que alguna vez tuve en ti. Todos mis planes han fallado y ahora me doy cuenta de que estoy completamente desamparado. Ven a mi, Padre. Búscame en este lugar horrendo y seco. Por mi mismo, yo no puedo encontrarte, eres tú el que debe encontrarme. Todavía creo que tu Palabra es verdad”.

 

David sabia que el se había desviado del reposo de Dios. El sabia que el amor de Dios debía haber quedado impreso en su corazón durante sus crisis anteriores. Pero ahora, una vez más, David había olvidado el amor de Dios para con él. De modo que invocó al Señor, rogándole buscar a su siervo perdido.

 

Ahora, el pastor había venido por David otra vez. Y mientras David oía mencionar su nombre, su corazón fue consolado. El pensó: “Mi pastor me conoce por mi nombre”. David se halló a sí mismo siendo guiado cuesta abajo a un valle verde. Y una vez que descendió a los verdes pastos, Jehova Rohi (El Señor es mi Pastor) le dijo: “Descansa ahora, anda a dormir y deja que tu alma cansada descanse. No te preocupes, Yo seguiré trabajando, encargándome de todo”.

 

Es importante notar aquí, que las circunstancias de David no habían cambiado. De hecho, La Escritura dice que los enemigos que se levantaron contra él, se habían multiplicado (Salmo 3:1). Pero el amor de Dios en David, había sido restaurado. Ahora, él podía decir: “La salvación (liberación) es de Jehová” (3:8). Ahora él podía testificar: “Ya no más planes hechos por mí mismo. Ya no más noches sin dormir, tratando de hacer que las cosas funcionen. Entro confiadamente en el amor de mi pastor. Doy la bienvenida a sus brazos abiertos hacia mí”.