PLANTE UN ARBOL

Dios no prometió impedir que sus hijos sufran. El no prometió evitar que enfrentemos un momento de necesidad. No se nos ha prometido paz mundial, tranquilidad, seguridad o bienestar económico continuo. Se nos ha prometido paz y seguridad en nuestra alma y mente, la provisión sobrenatural para cada necesidad verdadera y la seguridad de que nunca tendremos que mendigar pan. Dios preferiría que nosotros estemos en el lugar donde estuvo el apóstol Pablo cuando dijo: “Así que, teniendo sustento y abrigo, estemos contentos con esto” (1 Timoteo 6:8).

 

El futuro se ve malo, pero David dijo en el salmo 23: “No temeré mal alguno”. Este es el mensaje para los creyentes de hoy. El futuro también está bajo Su control, así que no debemos temer. Dios tiene lo todo “pre programado”. El sabe el momento exacto en que Cristo volverá. El Dios que tiene el control de los cielos y la tierra, ha dicho: “He aquí que las naciones le son como la gota de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las balanzas le son estimadas… Como nada son todas las naciones delante de él… menos que nada” (Isaías 40:15,17).

 

Dios quiere que sigamos trabajando hasta que vuelva Cristo. Eso simplemente significa que debemos trabajar como si el final nunca llegara, y vivir como si el final fuera mañana. Le preguntaron al gran evangelista D.L. Moody: “¿Qué haría usted hoy, si supiera que Jesucristo volviera mañana?” El respondió: “Plantaría un árbol”. Que así sea. Que el verdadero cristiano vaya, plante y coseche la semilla de Dios; y se mantenga ocupado en la obra de Dios. Cuando El vuelva, que nos encuentre “haciendo Su voluntad”.

 

Dios sigue contando hasta el cabello de nuestras cabezas. Sigue contando los pajarillos que caen. El sigue conociendo las peticiones aun antes de ser mencionadas. Sigue respondiendo antes de ser llamado. El sigue dando mucho mas abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Así que, ¿de qué temer?