YA DEBERÍAN SER MAESTROS

El escritor de Hebreos les dice a sus lectores: “Ya deberían de ser maestros después de tanto tiempo” (Hebreos 5:12, mi parafraseo). Estas son palabras fuertes. ¿A quiénes se está dirigiendo exactamente el escritor aquí? El libro de Hebreos nos muestra que está hablándole a creyentes que han sido bien enseñados en las verdades bíblicas. En otras palabras, aquellos que estaban leyendo su carta habían escuchado prédicas poderosas de muchos ministros ungidos.
Pues bien, en el capítulo 5, el escritor le dice a quienes leen:
“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír. Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.” (5:11-12)
Piense en lo que el escritor está diciendo aquí. Le dice a sus lectores, en otras palabras: “Ustedes ya deberían ser firmes ejemplos para sus hijos. Su fe debería de ser inquebrantable. Ya no deberían estar murmurando ni quejándose de sus aflicciones, sino que en lugar de ello, deberían de estar dispuestos a participar de los sufrimientos de Cristo. No debiesen estar ardientes en el espíritu un momento y de repente volverse fríos cuando el enemigo viene contra ustedes como un río.”
SOLAMENTE CATADORES DE SERMONES
¿Se aplica esta palabra para ti? ¿Cuántos sermones hemos escuchado que nos desafían a confiar en el Señor en todas las cosas? ¿Cuántas veces se nos ha predicado acerca de las increíbles promesas de Dios? ¿Cuántos sermones que nos mueven a tener fe hemos internalizado? ¿Cuántas veces hemos sido bendecidos por un mensaje sobre la fidelidad de Dios? Y sin embargo, ¿Cuán a menudo nos desanimamos rápidamente cuando viene una prueba?
Multitudes en la iglesia de hoy día han sido bien enseñados, están llenos de verdades bíblicas y son experimentados en degustar sermones. En realidad, somos nosotros a los que el escritor de Hebreos se está dirigiendo en ésta carta. Y él nos está diciendo: “A esta altura ya debiesen ser maestros con su ejemplo. Pero en lugar de eso, su fe todavía titubea en tiempos de batalla.”