EN PRIMERA LÍNEA
Los siervos dispuestos no tendrán miedo del “león en el camino”. El cristiano flojo dice: “Hay un león afuera y me va a asesinar si salgo a la calle”.
“Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles” (Proverbios 26:13).
¿Hay un león en las calles? ¡Sí! Un león rugiente que quiere devorar. Pero los siervos llenos del Espíritu no tienen miedo a ningún león. Antes de volver a Nueva York para pastorear, el diablo trató de infundir miedo en mi corazón. Había visto lo que se venía y cuan impías se habían vuelto las calles. Satanás dijo: “¡Vas a ser muerto en las calles!” Pero Jesús ordenó: “Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.” (Lucas 14:21). ¡No tenemos miedo!
Pienso en lo maravilloso que debe ser vivir en un lugar tranquilo y apartado, y muchos tienen ese privilegio. Pero hay un número creciente de cristianos que simplemente están huyendo a las colinas para esconderse. El león los ha perseguido y están buscando un lugar seguro. Yo ya he pasado por esa forma de pensar. Gary North, un líder reconstruccionista, escribió un libro titulado Gobierno de Emergencia, en el que aconseja a los cristianos acumular bienes y armas de fuego y luego, prepararse para esconderse y proteger sus posesiones. La lista que recomienda incluye licor y tabaco para sobornar (él lo llama “trueque”) a funcionarios de la ley en tiempos de anarquía.
Esos son los que van a clamar a las rocas y a las montañas que los escondan de Su ira (Apocalipsis 6:16). “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:25).
Esta iglesia de los últimos días llena del Espíritu Santo no se va a ocultar, sino que estará en el frente de batalla, peleando la buena batalla y trayendo una cosecha de almas.
“Dice el perezoso: El león está en el camino; el león está en las calles” (Proverbios 26:13).
¿Hay un león en las calles? ¡Sí! Un león rugiente que quiere devorar. Pero los siervos llenos del Espíritu no tienen miedo a ningún león. Antes de volver a Nueva York para pastorear, el diablo trató de infundir miedo en mi corazón. Había visto lo que se venía y cuan impías se habían vuelto las calles. Satanás dijo: “¡Vas a ser muerto en las calles!” Pero Jesús ordenó: “Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos.” (Lucas 14:21). ¡No tenemos miedo!
Pienso en lo maravilloso que debe ser vivir en un lugar tranquilo y apartado, y muchos tienen ese privilegio. Pero hay un número creciente de cristianos que simplemente están huyendo a las colinas para esconderse. El león los ha perseguido y están buscando un lugar seguro. Yo ya he pasado por esa forma de pensar. Gary North, un líder reconstruccionista, escribió un libro titulado Gobierno de Emergencia, en el que aconseja a los cristianos acumular bienes y armas de fuego y luego, prepararse para esconderse y proteger sus posesiones. La lista que recomienda incluye licor y tabaco para sobornar (él lo llama “trueque”) a funcionarios de la ley en tiempos de anarquía.
Esos son los que van a clamar a las rocas y a las montañas que los escondan de Su ira (Apocalipsis 6:16). “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mateo 16:25).
Esta iglesia de los últimos días llena del Espíritu Santo no se va a ocultar, sino que estará en el frente de batalla, peleando la buena batalla y trayendo una cosecha de almas.