CRUZANDO EL JORDAN by Gary Wilkerson

Todos tenemos un llamado de parte del Señor. En algunas etapas de nuestras vidas, Él pone frente a nosotros un plan predeterminado que debemos cumplir. Dios promete que si actuamos en fe, Él permitirá que ese plan sea cumplido.

Sin embargo, esto no es siempre fácil. Como todo aquel que ha caminado con Jesús por un tiempo largo sabe, el seguir su llamado significa que nosotros enfrentaremos obstáculos. Uno de los obstáculos más comunes es la voz escéptica. Conforme buscamos cruzar el río Jordán para llegar a la Tierra prometida, nosotros escucharemos todo tipo de voz diciéndonos no vayas.

Josué escuchó esas voces mientras Dios lo incentivaba a que guiará a Israel a cruzar el Jordán. El cruzar llevaba consigo la promesa de la gloria futura de Dios por su pueblo en la tierra. Usted puede estar seguro de que por ningún motivo ellos pudieron cruzar sin haber escuchado las voces de escépticos tratando de disuadirlos.

Nuestro Dios quiere destruir toda voz escéptica que pueda evitar que obedezcamos su dirección. Siempre cuando Él nos pide que tomemos un paso de fe, Él nos está guiando a “traspasar” hacia una medida de confianza en Él que nunca antes habíamos tenido.

Cuando los sacerdotes cargaban el arca se enfrentaron al río rápido, fue entonces cuando Dios supernaturalmente dividió las aguas. Posteriormente, toda cosa malvada que los escépticos habían predecido fue transformada para el bienestar de la gente de Dios. Cuando el pueblo llegó a una gran ciudad fortificada ocupada por su enemigo, ellos marcharon alrededor y las murallas imprenetrables cayeron.

¿Desea usted pararse frente al río? Dios puede estar diciendo, “Si tú solamente te comprometes a poner tu dedo en él, tú me verás dividir el agua por ti. Yo te cargaré para que cruces al otro lado. Yo ya he diseñado mis planes para contigo y haré que se cumplan.”

Le exhorto a que confíe en que Dios lo guiará al cruzar el Jordán. Deje que Él calle la voz del escéptico. Su plan para con usted no fallará -¡Él es fiel!