¡NO ESTÁ LISTO PARA LUCHAR!

Supongamos que un entrenador de boxeo lleva a su luchador a un campo de entrenamiento aislado y pasa toda la sesión de entrenamiento preparando psicológicamente a su hombre para la gran pelea. Él le dice: "Yo estaré contigo en primera fila, Nunca dejaré de estar a tu lado. Aquí está una lista de los grandes boxeadores del pasado, estudia todos sus movimientos. No tienes que sufrir entrenamientos duros. ¡Te dije que eres un ganador y mi palabra es todo lo que necesitas! Yo te daré algunos diagramas sobre cómo derrotar al hombre monstruo cuando subas al ring para pelear contra él! "

¿Qué clase de entrenador hace esto? ¡Absolutamente absurdo! ¿Qué haría un buen entrenador? El encontraría al mejor boxeador y ¡subiría a su hombre al ring para pelear con él!

Amado, ¿cuántos cristianos se llaman a sí mismos guerreros sin haber sido jamás probados o capacitados? Oímos mucho acerca de los muchos guerreros en esta nación. Pero la triste verdad es que la gran mayoría de ellos ¡nunca han estado en la batalla! ¡Ellos no han sido entrenados y no están listos para luchar!

Hace poco le pregunté al Señor por qué muchos de los verdaderos creyentes están pasando por tiempos tan pesados, tan duros. ¿Por qué estos sufrimientos tan profundos? Le pregunté, "¿Por qué muchos están siendo probados hasta el límite?"

Dios sabe que Satanás será desatado en la tierra para su última hora de batalla. Y el Señor va a necesitar guerreros bien entrenados que prevalecerán sobre todos los poderes del infierno. En este momento, Él está haciendo una obra rápida en su remanente -se llama ¡entrenamiento de crisis!

Estos sufrimientos y pruebas profundas de los santos están formando a los capitanes de Su ejército de los últimos días. Dios está poniendo en ellos el Espíritu Santo guerrero y Él está sacando soldados que han sido probados porque han luchado con Dios. ¡Cuanto más sufren y más intensa es la prueba mayor es la obra que Él tiene preparada para ellos!

Este tipo de entrenamiento demanda disciplina física y espiritual. Jacob lanzó todo su cuerpo a la batalla, toda su capacidad humana. Un espíritu de lucha se había levantado dentro de él y la Escritura dice: "En su fuerza él luchó con Dios" (Oseas 12:3).

Este versículo tiene un gran significado para todos los que quieren prevalecer en la oración. Dice que Jacob ganó la batalla "en su fuerza." Querido Amado, si usted va a prevalecer en estos últimos días ¡usted va a tener que poner todo su cuerpo y fuerza en ello!