LA BATALLA DE JACOB FUE CON EL SEÑOR

Una de las lecciones más grandes que nosotros podemos aprender es que nuestra batalla nunca es con la gente. Ésta no es contra compañeros de trabajo, vecinos, o seres queridos que no han sido salvos - sino con Dios.

Si usted alínea todas las áreas de su vida con Dios, todo lo demás se acomodará en su lugar. Cuando usted se encuentra en rectictud con Él- cubierto con la sangre de Cristo, sin pecado en su vida, y en oración constante- entonces ¡todos los demonios del infierno no pueden afectar lo que Dios quiere hacer! Él quiere que usted posea fortaleza divina.

Oseas dijo, “Pleito tiene Jehová con Judá (Su pueblo)” (Oseas 12:2). ¿Cuál es la controversia que Dios tiene con Su iglesia? ¡La pereza espiritual! Nosotros queremos milagros, bendiciones, liberación a ningún costo y sin ningún esfuerzo!

¿Quiénes en el pueblo de Dios hoy en día oran toda la noche, luchan, sollozan, claman al Señor como lo hizo Jacob? ¿Quién está tan determinado por agradar a Dios que se encuentra desesperado por ser librado de todo hábito, de toda lujuria- y clama y pelea con Dios hasta que Él rompa todas las cadenas?

Oseas le dijo a Israel, “¡Todo lo que tú quieres es prosperidad y seguridad! Tú no estás dispuesto a tomar tu posición. ¡Tú no quieres vivir complaciendo a Jehová, sino a tí mismo!”

Jacob era un guerrero desde el día en que nació. Él prevaleció “por su fortaleza” (ver Génesis 25:26) y ¡lo mismo debemos hacer usted y yo! ¡Nosotros tenemos Su fortaleza pero no la utilizamos !“Fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, obtendréis fortaleza y paciencia.” (Colosenses 1:11).

“...para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu...” (Efesios 3:16).

¡La iglesia de Cristo Jesús nunca va a poder ver lo que Dios tiene preparado hasta que Él vea que le buscamos diligentemente! “La oración eficaz del justo puede mucho.” (Santiago 5:16).

Dios quiere que usted se acerque a Él pues le ama! Él le está diciendo, “¡Aquí está. Si tú lo quieres, ven y tómalo!” ¡Él quiere hacer de usted un soldado fuerte y preparado para formar parte de Su ejército!