CONFIANDO EN DIOS

Considera el testimonio que hemos dado acerca de nuestro glorioso Señor. Hemos dicho que Él proveerá, llamándolo Jehová Jireh. Hemos declarado Sus promesas acerca de suplir para Sus hijos. Él nos promete:
“Actué a causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había sacado [a Israel]” (Ezequiel 20:14).
En esencia, Él está diciendo: “Cuando libré a Israel, no lo hice en un rincón escondido. Yo obré milagros para ellos, delante de los ojos de todo el mundo. Ahora, quiero hacer lo mismo en tu generación”.
Amado santo, ¿estás enfrentando una situación que aún no has encomendado a Dios? ¿Estás siendo llamado a poner tu fe en un lugar desconocido y distante? ¿Has llegado a la conclusión de que “sólo un milagro del Señor puede salvarme”?
EL PUEBLO DE DIOS NO SERÁ AVERGONZADO
Tal vez no podemos imaginarnos cómo es que Dios nos librará; nadie en la Biblia lo supo tampoco. Pero sí sabemos esto: Que tan sólo uno de Sus ángeles puede hacer huir a multitudes. ¡El Señor nunca dejará que Su pueblo sea avergonzado!
Ahora mismo, él nos está diciendo de la misma manera que le dijo a Israel: “Yo te rescaté de tus pecados. Y te he puesto a la vista de todos alrededor de ti para glorificar Mi nombre. Fui Yo quien te llamó y yo te libraré delante de los impíos, por amor de Mi nombre”. Así que, ¿caminarás, de ahora en adelante, en lo que predicas y dices creer? ¿Comprometerás a Dios con Su Palabra para que Su nombre sea glorificado delante de las multitudes?
Que todos podamos adoptar la oración de David para estos tiempos:
“Y tú, Jehová, Señor mío, favoréceme por amor de tu nombre;
Líbrame, porque tu misericordia es buena” (Salmos 109:21, énfasis añadido).
Dios nunca avergonzará a los que confían en Él. Él cumplirá Su Palabra para contigo porque Su propio honor está en juego.