EL PODER PROTECTOR DE DIOS

El mundo ansia ver un testimonio del poder protector de Dios y continuará preguntándonos hasta que Jesús venga: “Oh, Cristiano, te veo sirviendo a Dios fielmente. Ayunas, oras y testificas de Su gloria y poder, aunque ahora estás en la prueba más grande de tu vida. Dime: ¿Te ha sostenido Dios a través de esta circunstancia? ¿Cuál es tu testimonio ahora que estás en la cueva de los leones?

Puedes imaginarte el gozo que Darío sintió cuando oyó la voz de Daniel respondiendo: “¡Oh rey, vive para siempre! Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones para que no me hiciesen daño”(Daniel 6:21-22). Daniel estaba vivo y muy bien. Sin embargo, no creo que este siervo de Dios haya dormido tranquilamente aquella noche. Daniel no era un súper humano, como tampoco lo es ninguno de nosotros hoy. Y nuestro Dios no espera que actuemos fuera de lo natural cuando enfrentamos estas clases de crisis. Nuestros sentimientos de turbación durante tales momentos son normales.

En mi opinión, Daniel veló y oró toda la noche. Cada vez que un león bostezó, mostrando sus dientes, Daniel debe haber clamado silenciosamente: “Aún confío, Señor, y creo que tú cerrarás la boca de este animal”. Se aferró a su fe y las Escrituras nos dicen que: “…ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios.” (Daniel 6:23).

Un hombre confió en Dios ante los ojos de los hombres y un reino completo fue impactado. La Biblia declara: “El rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y lenguas que habitan en toda la tierra:…De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino, todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel. Porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, su reino no será jamás destruido y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones.”(Daniel 6:25-27).

¿Entiendes lo que Darío estaba afirmando aquí? Él estaba engrandeciendo a Dios, no solo por sus maravillas naturales, sino porque había librado a Daniel de la muerte. Este rey pagano tuvo que ver solo a un creyente que verdaderamente creía lo que predicaba, y por su parte, él declaró, “Yo vi a un hombre que mantuvo un testimonio de su Dios. Nunca dudó. Y el Señor lo libró del poder del infierno”.