EL ESPÍRITU Y EL PODER DE ELÍAS

El Antiguo testamento cierra con esta gloriosa profecía: “Yo os envío al profeta Elías antes que venga el día de Jehová, grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y castigue la tierra con maldición” (Malaquías 4:5-6).

Jesús dijo acerca de Juan, “Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir” (Mateo 11:14). Lo que Cristo estaba diciendo es, “Juan el Bautista tiene el espíritu y el poder de Elías sobre él –si sólo ustedes pudiesen verlo. Se nos dice que el ángel del Señor profetizó a Zacarías que su hijo Juan iría delante del Señor “…con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto” (Lucas 1:17).

Yo creo que la profecía de Malaquías es para hoy día también. Yo creo que otra vez Dios va a poner sobre muchos de sus siervos escogidos el espíritu y el poder de Elías. Y estos hombres y mujeres de Dios van a ser usados grandemente para traer una restauración a familias. ¡Los divorcios serán truncados! Los hijos serán convencidos de sus rebeliones y el amor hacia sus padres será restaurado.

Esta profecía se está cumpliendo ante nuestros ojos –ahora mismo. En un pueblo de Texas, un pastor joven comenzó a orar por la salvación de los jóvenes en los colegios de su pueblo. Dios lo ungió con el espíritu dinámico y con el poder de Elías, y no sólo cientos se han salvado, sino que la restauración se está extendiendo a todo lugar donde él va. No sólo cientos sino miles de estudiantes de secundaria están sintiendo culpabilidad de las drogas, alcohol, sexo y rebelión. Jóvenes están corriendo a sus casas después de las reuniones para arreglar las cosas con sus padres. ¡Ellos antes confesaban tener un odio profundo, pero ahora lloran y se arrepienten! Esto se esparcirá por toda la tierra porque Dios ha prometido restaurar a padres e hijos.

Debido a lo que yo veo venir, estoy tan entusiasmado que apenas puedo escribir estas palabras. Sin saberlo, sin pretenderlo, hombres y mujeres jóvenes, humildes de Dios están siendo tocados y ungidos milagrosamente. ¡Se les ha dado la misión sobrenatural de “id y restaurad! Porque el día del Señor ha llegado. A los gusanos de las drogas y el alcohol ya no se les permitirá que les coman sus vidas a los jóvenes. Dios destruirá al revoltón.”