¿DÓNDE BUSCA USTED FORTALEZA?

¿Dónde puede usted encontrar Cristianos completamente devotos al Señor que tengan una vida fácil y sin problemas? Muéstrenme a un siervo ungido del Señor que sea guiado por el Espíritu, y lleno de Dios, y yo les mostraré a una persona perseguida, castigada, muy a menudo perpleja, y familiarizada con las aguas profundas y los hornos de fuego.

Aquellos que buscan evadir las dificultades, muy pocas veces consiguen la revelación de la plenitud de Dios. Ellos atentan usar la fe para estar exentos de crisis, sin darse cuenta que ellos mismos se roban la oportunidad de descubrir lo que verdaderamente está en ellos. Luego un día cuando el problema ya no puede ser evadido, se derrumban, sin tener ninguna fuente ya probada de fortaleza interior.

Pablo escribió, "Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu" (Efesios 3:16).

En estos días, el Señor necesita Cristianos que no sean llevados por doquier de todo viento de doctrina; que no permitan que hagan mercadería de ellos; que tengan discernimiento y no sean engañados; que no necesiten un maestro especial con alguna nueva revelación; que no necesiten un pastor humano que guíe cada paso de ellos; que no tengan que depender de otros para ser felices o para tener fortaleza espiritual – pero que hayan sido probados y tratados y han comprobado que la propia vida de Dios está en ellos, proveyendo gracia y misericordia para ayudarlos en cada necesidad. Que Cristo haya sido revelado no sólo a ellos, sino también en ellos. Que están extrayendo de la fuerza de su hombre interior, de acuerdo a las riquezas de Su gloria.

Podemos aprender lecciones valiosas de la experiencia del Rey David en Siclag. "David se fortaleció en el Señor" (1 Samuel 30:6). Es imperativo que aprendamos a fortalecernos en el Señor debido a los tiempos tumultuosos que se avecinan.

Hermanos, hermanas en Cristo, Los exhorto en el nombre del Señor, que abran sus ojos al imponente poder de Dios que está trabajando en ustedes, y que se apropien de la llenura y de la plenitud del Señor Jesucristo. No importa en cuál horno de fuego seamos arrojados, nuestro supremo Señor caminará con nosotros hasta que salgamos.