COMPLETA PAZ

EN EL TIEMPO DE PÁNICO, LAS PERSONAS DE DIOS QUE CONFÍAN EN ÉL SERÁN BENDECIDAS CON PAZ COMPLETA.

El Señor declara, “Produciré fruto de labios: Paz, paz para el que está lejos y para el que está cerca, dice Jehová. Yo lo sanaré” (Isaías 57:19). La palabra Hebrea aquí para “paz” significa “paz perfecta, completa”.

Yo creo que mientras estemos rodeados de caos e histeria en los días que vienen, América va a ser testigo del gran testimonio de la gloria de Dios y de su poder como nunca antes se ha visto. ¿Cómo? ¡Toda América verá cuántos del pueblo de Dios poseen su paz perfecta! En ese tiempo el Señor va a levantar personas que han sido investidas con esa perfecta y completa paz – paz que Cristo mismo ahora disfruta a la diestra del Padre. Y nosotros vamos a vivir, movernos y respirar en esa maravillosa paz.

Las Escrituras dicen que Dios guardará a todos los que confían en él “…guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera, porque en ti ha confiado” (Isaías 26:3). Y ahora mismo, muchos del pueblo de Dios están haciendo este compromiso con él: “Voy a proponer mi corazón en buscar a Dios a través de todo, no importa lo que acontezca. Voy a entregarle a él todo lo que soy y todo lo que tengo. ¡Yo creo que su juicio está viniendo – así que me voy a preparar para él, como su novia!”

Dios primero hizo su promesa de paz completa a aquellos en Judea que estaban atravesando un gran castigo del Señor sobre su tierra. Dios estaba derribando todas las fortalezas y muros, toda la pompa y la riqueza en la cual las personas se apoyaban, “hasta el polvo” (Isaías 25:12). Aún el fiel remanente que todavía confiaban en Dios fueron sacudidos profundamente. Pero durante ese tiempo, Dios le dijo a Isaías que les asegurase a esos creyentes: “El Señor os guardará en una paz perfecta – ¡si simplemente confían en él!” El profeta dijo, “Jehová, tú nos darás paz…” (26:12). En otras palabras: Dios va a implantar en vuestros corazones su propia paz. Él quiere darnos una paz que no puede ser sacudida.

De igual manera hoy día, cuando el pánico cunda en América – cuando las terribles noticias empiecen a enviar olas de temor en toda la tierra, y la histeria aumenta – el pueblo de Dios no podrá evitar el sentir esa gran ola de ansiedad humana. Así es, yo la sentiré, usted la sentirá; todos los Cristianos van a sentirla. Tales sentimientos son inevitables; es simplemente humano tener esta clase de reacción ante un caos terrible. Pero, al mismo tiempo, Dios pondrá en nosotros los recursos que necesitamos para tomar control inmediato de cada pensamiento temeroso y llevarlo a la verdad de Cristo. ¡Y su Espíritu llenará nuestro ser con su paz perfecta!