“¡MUÉSTRENNOS SU DIOS!”

“Y los que nos habían llevado cautivos nos pedían que cantásemos, y los que nos habían desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de los cánticos de Sion. ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová en tierra de extraños? "(Salmo 137:3-4).
El pueblo de Dios estaba en el momento más difícil de su historia y mientras eran llevados cautivos, sus captores pedían de ellos una canción. Sin embargo, todo lo que sentían era depresión, desesperación y desesperanza.
Multitudes de cristianos están hoy en la misma posición, atrapados en circunstancias adversas. Mientras el diablo viene a ti con una vieja tentación, puedes estar al borde de renunciar, pensando: “No puedo hacerlo. He orado y clamado, pero esta vieja atadura me va a perseguir para siempre”.
Cuando Israel cayó en la servidumbre de Babilonia, sus captores imploraron: “¡Canten para nosotros! ¡Toquen para nosotros! Hemos oído todo acerca de su pueblo y lo que su Dios hizo por ustedes, así que muéstrenos su gozo en él”.
Si esta petición se hizo en tono de burla, creo que también fue una petición lastimera. Los dioses de los babilonios los habían dejado vacíos y sin esperanza. Pero las canciones de los israelitas los habían impactado. “El Dios de estas personas puede abrir el mar; su fuego desciende del cielo; los defiende contra sus enemigos. Debe haber algo acerca de este Dios suyo”.
Las personas que pueden regocijarse y mantener su fe en las horas más oscuras son un verdadero testimonio para otros que tienen las mismas luchas. Ellos prestan atención a los creyentes que testifican: “Dios, te creo, no importa lo que esté pasando en mi vida”.
El mundo nos está gritando: “No nos impresiona la apertura del Mar Rojo, ni que los ciegos hayan recibido la vista o que el cojo haya sido sanado. ¡No! El milagro que queremos ver es tu fe en la hora más oscura de tu vida. Tú te enfrentas a las peores situaciones con una sonrisa de gozo, cantando alabanzas a Dios. Eso es lo que nos habla”.