ELLOS GANAN LA BATALLA by Claude Houde
“Amalec vino a pelear contra Israel. Moisés estaba en la cima de la colina. El pueblo estaba luchando en el valle. Cuando Moisés levantaba las manos a Dios en oración, el pueblo de Dios ganaba y superaba al enemigo. Entonces las manos de Moisés se hicieron pesadas, se cansaron. Cuando las manos de Moisés bajaban, el pueblo de Dios era derrotado y el enemigo ganaba terreno. El pueblo de Dios era vencido y estaba en gran peligro. Aarón y Hur sostenían las manos de Moisés, de pie a cada lado de él. Entonces las manos de Moisés estaban firmes de nuevo y pueblo de Dios era victorioso contra sus enemigos” (Ver Éxodo 17:8-13).
Cuando Moisés estaba en la montaña con sus brazos extendidos hacia el cielo, simbolizaba su dependencia, la confianza y la fe en Dios por la victoria sobre sus enemigos. “De Jehová es la batalla” (1 Samuel 17:47). “Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4). Y la victoria se adquiere “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6).
En la vida de Moisés, al igual que en la nuestra, sucede lo mismo en las batallas y las victorias. No puedo hacer nada por mí mismo y voy a fracasar miserablemente si en última instancia confío en mis ideas, experiencias, recursos o esfuerzos. En esos momentos de batalla invisible y eterna, cuando la lucha es feroz y nuestras vidas, familias, ministerios o futuros están en juego, encontramos la victoria cuando nos encontramos en la montaña de Dios en oración, levantando nuestras manos a Él en confianza y entrega.
Algo fascinante sucede en la montaña. Los brazos de Moisés se empiezan a cansar, bajan lentamente, se produce un giro en el campo de batalla y el enemigo gana terreno. Se derrama sangre, hay soldados heridos y muertos, gritos de dolor y lágrimas llenan el valle, el enemigo es como acero y da escalofríos, se oyen gritos de guerra bestiales. ¿Qué está pasando?
El mismo ejército que hace un momento iba triunfando ahora está siendo masacrado. Aarón y Hur comprender el significado de largo alcance de lo que está sucediendo. Se paran al lado de Moisés, uno a cada lado, y sostienen sus brazos en un gesto e imagen de unidad espiritual, lealtad y apoyo. Es como si estuvieran diciendo: "Estamos contigo, Moisés. Reconocemos que Dios te ha puesto como nuestro líder y estamos contigo. Reconocemos la importancia de este principio y queremos practicar la fe; queremos proteger y potenciar al pueblo de Dios que lucha en el valle".
La oleada violenta y devastadora del enemigo, imposible de detener hace un momento atrás, retrocede ahora. El pueblo de Dios no tiene armamento adicional, pero ahora son invencibles y su ejército es poderoso. ¡Ellos ganan la batalla!
__________
Claude Houde es el pastor principal de la Iglesia de la Nueva Vida (Eglise Nouvelle Vie) en Montreal, Canadá; y es un orador frecuente en conferencias para pastores y líderes dirigidas por World Challenge en todo el mundo. Bajo su liderazgo la Iglesia de la Nueva Vida se ha incrementado de ser un puñado de personas, a más de 3500 miembros, en una parte de Canadá donde pocas iglesias protestantes han alcanzado éxito.
Cuando Moisés estaba en la montaña con sus brazos extendidos hacia el cielo, simbolizaba su dependencia, la confianza y la fe en Dios por la victoria sobre sus enemigos. “De Jehová es la batalla” (1 Samuel 17:47). “Las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” (2 Corintios 10:4). Y la victoria se adquiere “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zacarías 4:6).
En la vida de Moisés, al igual que en la nuestra, sucede lo mismo en las batallas y las victorias. No puedo hacer nada por mí mismo y voy a fracasar miserablemente si en última instancia confío en mis ideas, experiencias, recursos o esfuerzos. En esos momentos de batalla invisible y eterna, cuando la lucha es feroz y nuestras vidas, familias, ministerios o futuros están en juego, encontramos la victoria cuando nos encontramos en la montaña de Dios en oración, levantando nuestras manos a Él en confianza y entrega.
Algo fascinante sucede en la montaña. Los brazos de Moisés se empiezan a cansar, bajan lentamente, se produce un giro en el campo de batalla y el enemigo gana terreno. Se derrama sangre, hay soldados heridos y muertos, gritos de dolor y lágrimas llenan el valle, el enemigo es como acero y da escalofríos, se oyen gritos de guerra bestiales. ¿Qué está pasando?
El mismo ejército que hace un momento iba triunfando ahora está siendo masacrado. Aarón y Hur comprender el significado de largo alcance de lo que está sucediendo. Se paran al lado de Moisés, uno a cada lado, y sostienen sus brazos en un gesto e imagen de unidad espiritual, lealtad y apoyo. Es como si estuvieran diciendo: "Estamos contigo, Moisés. Reconocemos que Dios te ha puesto como nuestro líder y estamos contigo. Reconocemos la importancia de este principio y queremos practicar la fe; queremos proteger y potenciar al pueblo de Dios que lucha en el valle".
La oleada violenta y devastadora del enemigo, imposible de detener hace un momento atrás, retrocede ahora. El pueblo de Dios no tiene armamento adicional, pero ahora son invencibles y su ejército es poderoso. ¡Ellos ganan la batalla!
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Claude Houde es el pastor principal de la Iglesia de la Nueva Vida (Eglise Nouvelle Vie) en Montreal, Canadá; y es un orador frecuente en conferencias para pastores y líderes dirigidas por World Challenge en todo el mundo. Bajo su liderazgo la Iglesia de la Nueva Vida se ha incrementado de ser un puñado de personas, a más de 3500 miembros, en una parte de Canadá donde pocas iglesias protestantes han alcanzado éxito.