CONZUELO DEL ESPIRITU SANTO

Nunca conoceremos la paz de Dios en nuestra aflicción hasta que su propósito para ella se convierta en una verdad asentada en nuestras almas. Tenemos que entender que nuestra hora oscura, nuestra prueba dolorosa, ha sido permitida por el Señor para su propio propósito glorioso. ¿Cuál es ese propósito? Simplemente, seremos el enfoque del increíble consuelo del Espíritu Santo.

Vamos a salir del fuego limpios y mas fuertes. Y obtendremos un ministerio mayor que de cualquier predicador famoso -el ministerio del consuelo comprobado y la victoria a un pueblo herido. El resultado de este ministerio será como lo describió Daniel: “Muchos serán limpios, y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los entendidos comprenderán” (Daniel 12:10).

¡Que increíble llamado tenemos! Sufrimos grandes pruebas para ser las manos consoladoras de Dios para otros.

Mi hija Debbie y su esposo Roger perdieron a su hija de doce años, Tiffany, a causa del cáncer cerebral. Yo conozco la agonía por la cual pasaron, las noches pensando: “¿Qué posible propósito puede tener Dios en esto?”

Hace un tiempo, Debbie estaba en una tienda cuando vio a una mujer sentada en una banca con lágrimas que le corrían por el rostro. Debbie se acercó y le preguntó: “¿Puedo ayudarla de alguna manera?” La mujer respondió, “Usted nunca entendería lo que estoy pasando.” Finalmente, Debbie animó a la mujer para que le contara su dolor. La mujer le explicó: “Perdí un hijo debido al cáncer.”

En ese momento, la dulzura del cielo descendió. Debbie puso sus brazos alrededor de esta mujer, y mientras mi hija compartía su propia historia, ambas mujeres encontraron una medida del amor sanador de Dios.

Querido santo, Dios no te ha olvidado en tu prueba profunda y oscura. Te dejo con esta palabra de ánimo del Salmista: “Claman los justos, y Jehová oye, y los libra de todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu. Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová.” (Salmo 34:17-19).