UN NUEVO CAPÍTULO by Gary Wilkerson

Hay 28 capítulos en el libro de los Hechos, pero durante siglos Dios ha estado escribiendo un nuevo capítulo a través de decenas de miles de discípulos suyos. Sus nombres no son Felipe o Tabita o Timoteo, mas bien, hoy en día tienen nombres como Jenny, Jimmy y Jonathan.

Jenny es una pelirroja australiana que asiste a nuestra iglesia en Colorado Springs. Ella tiene la sonrisa más divertida que jamás haya oído y está loca por el evangelio. Todos los días, ella y su marido ven el mover del poder de Dios en las personas con las que se encuentran.

También hay un discípulo llamado Jimmy junto a quien he ministrado durante décadas. Pocas personas evangelizan de la forma en que Jimmy lo hace. Recientemente, cuando guió a alguien al Señor, le pidió: “Déjame dirigir un estudio bíblico en tu casa”. Pronto, más personas del barrio estaban llegando y siendo salvas. Jimmy hizo lo mismo en otro vecindario y luego en otro. Estudios bíblicos están apareciendo por toda la ciudad gracias a un cristiano radical que cree en el poder del Espíritu para mover corazones de forma sobrenatural.

Jonathan es un discípulo en nuestra iglesia que tiene trece años de edad y que ora con tal autoridad como si fuese alguien que ha pasado toda su vida en misiones. Sus oraciones hacen que los adultos caigan de rodillas, porque vienen de un corazón contrito y humillado. Jonathan tiene hambre de ver a Dios salvar a los perdidos, y su hambre espiritual es contagiosa.

Los discípulos que estoy describiendo son cristianos del siglo veintiuno que han recibido el poder del primer siglo. Del mismo modo, tú y yo hemos sido llamados a ser equipados por el Espíritu de Dios para hacer la obra de Dios. Creo que es hora de que muchos miembros de la iglesia ya no sólo sean meros oyentes de la Palabra, sino también hacedores. Por supuesto que los estudios bíblicos y los grupos de oración son buenos, pero una cosa es saber acerca de Jesús y su gloria, y otra muy distinta es tener Su Espíritu viviendo dentro de nosotros, de manera que ministremos como Él lo hizo. El Espíritu Santo ha venido a morar en nosotros para que pueda lograr Sus propósitos a través de nosotros.

Te insto a orar conmigo: “Señor, hazme ser poderoso en el aprendizaje de tu Palabra e igual de poderoso en hacerla. Trae Pentecostés aquí hoy, Señor! Amén”.