NO TE COMPARES CON OTROS

“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte” (1 Corintios 1:27).
Dios todavía elige a los débiles para mostrar su fuerza. ¿Alguna vez te has sentido insignificante, frágil e inútil para Dios? ¿Alguna vez has mirado a otros que parecen tan fuertes, tan perfectos, y has pensado que tu eres demasiado pecador, demasiado poco interesante para ser usado por Dios? ¡No te compares! Dios no está buscando gigantes espirituales, sino santos comunes y corrientes con la fe de un niño que hayan perdido toda confianza en la carne.
Dios avergonzará a los fuertes y sabios al ungir como sus instrumentos a aquellos que son considerados frágiles y necios. El Señor va a ignorar a aquellos que se apoyan en el brazo de la carne, es decir, a aquellos que confían en sus talentos, sus conocimientos, su experiencia y su reputación familiar. Levantará a los quebrantados de corazón, a los débiles y a los cansados. Derramará sobre ellos un espíritu de alabanza y un bautismo de amor. Les mostrará su grandeza, su fidelidad, sus pactos, y ellos se fortalecerán en el Señor y en el poder de Su fuerza.
¿Sientes un llamado a renovar tu fe y confianza en Dios? ¡Si es así, se agradecido! Ese es el llamado de Jesucristo el Señor. Mira algunas de las grandes y preciosas promesas de Dios para nosotros:
“¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has mostrado a los que esperan en ti, delante de los hijos de los hombres! En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas” (Salmo 31:19-20).
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1 Corintios 2: 9-10).