USTED PUEDE DEJAR ATRAS A LOS CARROS DE GUERRA by Gary Wilkerson

Jezreel era conocida como la ciudad de carros de guerra. Esta sobresalía en cuestiones de guerra por su gran flota de vehículos de hierro hechos para agilizar la movilización en tiempos de batalla. Los carros representan la fortaleza del hombre. Estos significan el poder para avanzar con gran agilidad y con la habilidad para alcanzar algo a través de un recurso poderoso y dominante.

Actualmente existe un “estilo de vida de carro de guerra” -uno de confort y facilidad en donde nuestras necesidades son satisfechas. Si queremos hacer algo, caminos hacia adelante y lo logramos.

Para un cristiano, el estilo de vida de carro de guerra puede ser muy atractivo. Acorde con los estándares del mundo referente al éxito, nosotros observamos que se necesitan impresionantes “carros de guerra.” Estos son medios, materiales de riqueza que otorgan a la gente facilidad, seguridad y confort en todo tiempo.

Sin embargo, el siervo de Dios no busca primordialmente estas cosas. En su lugar, este busca obedecer la voz del Maestro y conseguir lo que le aqueja a Su reino. El cristiano desde el inicio de su fe aprende que al buscar al Señor primero, “todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33).

Este mismo creyente algunas veces podrá encontrarse sin los recursos que necesita para hacer ciertas cosas por su familia. Él no ve su llamado o ministerio cumplirse. Por lo tanto, él es tentado a pensar, “ Los recursos están afuera y el mundo los está utilizando en gran manera, pero yo no cuento con ninguno de ellos. Yo los necesito para lograr la obra de Dios. ¿Cómo los puedo obtener?”

Elías sabía que esto iba más allá de buscar los recursos del mundo. Imagínese la escena donde él se presenta ante el Rey Acab. El rey se encuentra allí, en su impresionante carro de guerra observando al pequeño profeta. No obstante Elías le habló firmemente a Acab: “Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no te lo impida.” (1 Reyes 18:44).

Posteriormente leemos, “Pero la mano de Jehová estaba sobre Elías, que se ciñó la cintura y corrió delante de Acab hasta llegar a Jezreel.” (1 Reyes 18:46). ¡El hombre de Dios dejó atrás por muchas millas al carro de batalla! ¿Cómo logró Elías esto? La frase, “se ciñó la cintura” significa esencialmente, “ceñir el lomo,” es decir, prepararse a sí mismo.

El apóstol Pablo nos dice que nosotros hemos sido llamados por Dios para correr la carrera. Pedro se refiere a esta carrera cuando habla de ceñir nuestros lomos con nuestra mente. Él nos está diciendo que necesitamos prepararnos a nosotros mismos para la batalla reforzando nuestra creencia y confianza en el Señor. Cuando usted ve carros de batalla frente a usted cargando a gente para llevarlos a la meta, no se desaliente. No desmaye ante el poder que ellos tienen y que usted carece. Dios tiene un camino diferente para usted. Cuando usted fija sus ojos en el Padre y permite que Su mano poderosa se manifieste, usted también podrá dejar atrás a los carros de guerra.