LAS LIMITACIONES DE LO MILAGROSO
Nadie nunca ha visto tantas obras sobrenaturales como Israel. Dios realizó milagro tras milagro para ellos, y sin embargo, cada obra tuvo como resultado a un pueblo sin fe y más incrédulo que antes. Se podría pensar que las diez plagas de Egipto pudieron producir fe en los israelitas. Cuando Egipto se vio afectado por las moscas, éstas no se encontraron en el campamento de Israel. Cuando Egipto cayó bajo la oscuridad total, no había oscuridad en Israel. Sin embargo, ¡ninguna de estas plagas produjo fe de ninguna clase!
Incluso después de que Dios abrió el Mar Rojo, la fe de Israel duró sólo tres días. Las Escrituras dicen: "No se acordaron de la muchedumbre de tus misericordias, sino que se rebelaron junto al mar, el Mar Rojo" (Salmo 106:7).
El salmista está diciendo aquí: "¡Incluso dudaron de Dios en el Mar Rojo, el lugar donde Él realizó su milagro más grande!"
Somos tan parecidos a Israel. Queremos que Dios hable una palabra y nos conceda una liberación milagrosa, que supla rápidamente nuestras necesidades, y elimine todo nuestro dolor y sufrimiento. De hecho, usted puede estar diciendo ahora mismo: "Si Dios me sacara de este embrollo, si Él me concediera este milagro, ¡yo nunca dudaría otra vez!" Sin embargo, ¿qué pasa con todos los milagros que Él ha realizado para usted? ¡Acaso éstos no han producido la fe para ayudarle con su problema actual!
Dos hombres preciados de Dios, de la tribu Zulu, en Africa visitaron un día la iglesia de Times Square. Un avivamiento increíble estaba teniendo lugar entre los ocho millones de zulúes ,y Dios estaba haciendo grandes milagros entre ellos.
Sin embargo, dichos hombres no compartieron sobre esto. Más bien, lo que más les impresionaba del avivamiento eran los "vencedores zulúes," aquéllos que estaban en pos de Cristo quemando libros de brujería y testificando con valentía, a pesar de estar atravesando severas pruebas. Estas personas fueron alguna vez malvadas, con espíritu homicida y ahora ¡estaban siendo transformados a la imagen de Jesús!
Creo que la gran señal o prodigio para el mundo en estos últimos días no es una persona que ha resucitado de entre los muertos. No, lo que realmente tiene un impacto en la mente y en el espíritu de los impíos, es el cristiano que permanece con una fe sólida ante todas las pruebas, las tormentas, el dolor y el sufrimiento. Tal creyente emerge de sus problemas más fuerte de carácter, en su fe y en Cristo.