APRENDED DE MI

Jesús dijo, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí...” (Mateo 11:28-29, RV1995). Aquí Cristo nos dice de manera directa: “¡No intentes caminar conmigo hasta que tu alma se encuentre en reposo!”

Si usted no cuenta con la maravillosa certeza de lo que la Palabra de Dios dice que Jesús hizo por usted, entonces Su yugo no será fácil o ligero. Por el contrario, usted pasará tiempo luchando en su carne para agradar a Dios. Usted irá de caliente a frío, viviendo con culpa y vergüenza innecesaria.

Yo creo que la clave de este versículo radica en las palabras, “aprended de mí.” Jesús está hablando aquí de la disciplina que debemos tener sobre aprender quién Él es y lo que Él consiguió en la cruz. Jesús nos está diciendo, “Tú debes tener conocimiento de lo que yo he hecho por tí. De esta manera tu alma entrará en reposo, podrás tomar mi yugo y, posteriormente, ¡aprenderás de mí.!”

Nosotros no queremos este tipo de disciplina. ¡Nosotros preferimos el camino fácil! Somos como niños en la hora del recreo escolar que no quieren regresar al salón de clases.

Tal vez hoy usted dice, “Yo estoy leyendo mi Biblia y orando un poco todos los días. ¡Estoy esforzándome por mejorar!” Todo esto está bien, pero le aseguro que lo que está haciendo no lo sustentará en la tormenta venidera. No es suficiente el intentar esforzadamente, el hacerle promesas a Dios, y el querer hacer las cosas de una mejor manera. Ni tampoco es suficiente decir, “Soy más diligente ahora que antes.” No, ¡todo se basa en la revelación de lo que Jesús hizo por usted en la cruz!”

Algo debe clamar dentro de todos nosotros: “Jesús, tu Palabra dice que yo puedo vivir en total reposo, paz y seguridad. Yo no tengo que luchar en mi carne o ser dominado por culpa y temor. Tú has puesto delante de mí la promesa de una vida en descanso pero no cuento con él. ¡Oh, Señor, yo anhelo con todo mi ser tu reposo! Enséñame a través de tu Espíritu -yo quiero aprender de tí.”