CUANDO VIENE LA CERNIDA

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo” (Lucas 22:31).

Usted debe entender que Satanás busca cernir sólo a aquellos que amenazan a su trabajo. El va en contra del árbol que tiene el potencial de producir más fruto. Pero ¿por qué deseaba el diablo cernir a Pedro? ¿Por qué estaba tan ansioso de probarlo? Bueno, por tres años Pedro había estado echando fuera demonios y sanando enfermos. ¡Satanás había escuchado a Jesús prometer a sus discípulos otro bautismo, un bautismo con el Espíritu Santo y fuego – y lo hizo temblar! Ahora, Satanás escuchó el último plan de Dios para Pedro. El se dio cuenta que los últimos tres años serían nada comparados con las grandes obras que Pedro y los otros discípulos harían. Habiendo ya agarrado a Judas, él tendría que buscar algo corrupto en Pedro para construir sobre eso y hacer que la fe de Pedro falle.

Tal vez al igual que Pedro, usted está en el cernidor ahora mismo, y está siendo sacudido y cernido. Pero usted se pregunta, ¿por qué yo? Y ¿por qué ahora? Primeramente, ¡usted debe de gozarse de que usted tiene tanta reputación en el infierno! Satanás nunca hubiera pedido permiso a Dios para cernirlo a no ser que usted haya cruzado la línea de obediencia. ¿Por qué otra razón, él usaría sus esfuerzos de molestarlo y de atacarlo, infundiéndole miedo y sacudiendo todo lo que usted tiene? El lo está cerniendo por que usted juega un rol importante en la iglesia en estos últimos días. Dios está haciendo una cosa nueva en esta última generación, y usted ha sido elegido para ser un testigo poderoso para muchos. El lo ha liberado, y lo está preparando para sus propósitos eternos. Y mientras más grandes sean sus dones, más potencial tiene usted, y mientras más grande sea su entrega a la voluntad de Dios – más severa será su cernida.

Cuando alguien está pasando por el fuego de la cernida, ¿qué deberán de hacer aquellos alrededor de él? ¿Qué hizo Jesús acerca de la caída inminente de Pedro? El le dijo, “Yo he rogado por ti, para que tu fe no falte” (Lucas 22:32).

Yo miro a este maravilloso ejemplo del amor de Cristo y me doy cuenta que no sé nada sobre cómo amar a aquellos que caen. Estamos seguros que Jesús es ese “amigo que es más cercano que un hermano” (Proverbios 18:24). El vio lo bueno y lo malo en Pedro y concluyó, “Vale la pena salvar a este hombre. Satanás lo desea, pero yo lo deseo más”. Pedro verdaderamente amaba al Señor y Jesús le dijo, “He orado por ti”. Jesús había visto hacía mucho tiempo que esto vendría. Probablemente, él habría pasado muchas oras delante del Padre hablando sobre Pedro – cuánto lo amaba, cuán necesario era Pedro en el reino de Dios, y cuánto lo valoraba como amigo.

Señor, ¡danos a todos esa clase de amor! Cuando veamos a hermanos y a hermanas cediendo o yendo hacia los problemas y desastres, permítenos amarlos lo suficiente para prevenirlos tan firmemente como Jesús previno a Pedro. Entonces podremos decir, “Estoy orando por ti”.

Hoy día tenemos otro “Escrito está” con lo que podemos batallar contra Satanás. Es este: “He orado por ti, para que tu fe no falte.” Usted puede decirle al diablo, “Tal vez tú has conseguido el permiso para cernirme, para tratar de derribar ni fe. Pero tú necesitas saber esto: ¡Mi Jesús está orando por mi!”