COMPROMETIDOS A SER BUSCADORES
“Volví mi rostro a Dios, El Señor, buscándolo en oración y ruego… Oré a Jehová mi Dios e hice confesión… Aún estaba hablando, orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel…” (Daniel 9:3, 4 y 20). ¡Estos eran hombres que oraban!
Vea usted, el primer compromiso que habían hecho – vivir una vida apartada – tenía que ser respaldado por un segundo compromiso, que es ser buscadores de Dios. Verdaderamente, es imposible vivir una vida santa sin pasar mucho tiempo de rodillas, buscando a Dios para tener el poder y la autoridad de vivir tal vida.
No se equivoque – orar fielmente no lo mantendrá fuera de la crisis. Por el contrario, tal vez lo llevará al horno de fuego y al foso de los leones. Pero la oración lo preparará para enfrentarlo todo con confianza – ¡para llegar a ser un sacrificio vivo por el bien de Jesús!
El orar llevó a Daniel al foso de los leones. Y esta prueba vino muchos años después de la prueba de los jóvenes Hebreos – ¡cuando Daniel estaba en sus ochenta años! Tal vez esto lo haga a usted temeroso, si usted se pregunta cuánto tiempo pasará hasta que usted deje de tener crisis. Tal vez usted pensaba que después de cierto número de años en el Señor, que usted ya habría aprendido todos sus “exámenes” importantes. Pero, aquí Dios está permitiendo que uno de guerreros de oración más grandes – un hombre con un espíritu quieto y tierno – ¡enfrente la crisis de su vida después de décadas de intercesión fiel!
Amado, las pruebas terminan sólo cuando Jesús retorna – ¡o cuando usted muere en Cristo! Es por esto que la oración es tan importante. Usted puede hacer un compromiso de vivir una vida sin contaminación – pero el compromiso es imposible de cumplir, sin tener un compromiso de buscar a Dios.