VERDADERO CONSUELO

“Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo. Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemigos. (Isaías 66:13-14).

Déjame hacerte una pregunta: ¿Por cuánto tiempo un maestro seguirá al lado de un estudiante testarudo, obstinado y que se niega a seguir consejo? ¡No mucho! El profeta Isaías toma uno de los mejores ejemplos posibles en la humanidad: el amor de una madre por su hijo; y nos muestra algo acerca del amor que nuestro Padre tiene por nosotros.

Una madre de nuestra iglesia ocupa un día entero para visitar a su hijo en una prisión al norte del estado. Se sube a un autobús y viaja por horas, sólo para verlo por un tiempo breve. Esta madre mira a su hijo en ese uniforme de prisión y ve la agonía en sus ojos, y en cada viaje ella muere un poco más por dentro, pero nunca se rinde. ¡Él sigue siendo su hijo y ella lo ama!

¡Ésta es la clase de amor que el Espíritu Santo quiere que sepas que Dios tiene para ti! Él nos consuela diciéndonos: “Una vez dijiste que le dabas todo a Jesús. Le diste tu amor, y Él todavía te ama. Y ahora, Yo tampoco te dejaré. ¡He sido enviado por Él para hacer una obra y la seguiré haciendo!”

No hay verdadero consuelo para alguien en esta tierra excepto por el que da el Espíritu Santo. Esta es la razón por la cual lo necesitas morando dentro de tu vida. Sólo Él puede hacer que descanses en la noche, como en una cálida cama, y llenar tu corazón con perfecta paz. Sólo él puede consolarte realmente en los momentos de dolor y tristeza. Él es el único que te asegurará que “este consuelo no es sólo temporal, ¡es eternal!”.