QUITANDO EL CANDELERO

En Apocalipsis 2:5, Cristo nos da una palabra que nos deja saber que es más valer prestar atención. Él dice: “Arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar”.

Jesús dice, que si no nos arrepentimos, Él quitará toda la autoridad espiritual que nos haya dado. Esto incluye nuestra influencia en la ciudad, en nuestra comunidad, en el vecindario, en todos los que sean parte de nuestro círculo de influencia. Toda partícula de influencia nos será quitada.

Ahora mismo, por todo el mundo, hay iglesias cerrando sus puertas. ¡Sus luces están siendo literalmente apagadas, debido al juicio por rehusar arrepentirse! Dios dijo que perderían su discernimiento, sus bendiciones espirituales, su economía y hasta la misma presencia de Dios. Ahora están muertas, sin vida, con sólo recuerdos de las bendiciones pasadas.

He predicado en muchas iglesias como éstas, hace treinta años. En ese tiempo estaban repletas de creyentes animados. Hoy, unas pocas docenas de personas se sientan en los bancos. Pronto serán reducidos a nada y sus puertas cerrarán para siempre. Dios ha escrito: "Icabod" sobre sus puertas, lo cual significa: "¡El Espíritu del Señor se ha apartado!"

Sin embargo, amado, Dios le da el mismo mensaje a todo cristiano individualmente. Él dice: "Si rehúsas arrepentirte, si permaneces en tu apatía, quitaré tu candelero. ¡Ya no tendrás influencia sobre tu familia, tus colegas, sobre nadie!"

Sin embargo, mientras leemos estas palabras, no debemos temer. Jesús termina su amonestación de esta manera: " Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios" (Apocalipsis 2:7). Estimado santo, ¡Jesús es ese árbol! Él nos está diciendo: "Si te arrepientes, te daré vida constante de Mi propio ser. Y mientras sigas amándome, te proveeré de un fluir de vida sobrenatural en ti. ¡Esta vida se revelará en tu discernimiento, en tu amor por la gente y en tus buenas obras para Mi reino!" Este es el rasgo que distingue a todo cristiano que está verdaderamente enamorado de Jesús.

Jesús promete que tu tristeza según Dios, tu corazón arrepentido y tu amor renovado por Él te llevarán a la vida. Así que, ora ahora mismo: "Señor, dame un corazón verdaderamente arrepentido. Hazme volver a ser quien yo era cuando estuve enamorado de Ti por primera vez. ¡Pero esta vez, llévame más allá, más profundo de lo que antes había estado!"

Mientras te arrepientes, el Espíritu de Dios comenzará a producir en ti una nueva revelación de la gloria de Cristo. ¡Y Él lo hará conocer a todos alrededor de ti!