¡EN EL HOYO! by Gary Wilkerson

Comenzando en Génesis 37, vemos la historia de José, que se muestra como un episodio del programa de televisión "Cops" (Policías). Uno de sus hermanos era un violador y los otros trataron de matar a José para finalmente venderlo como esclavo. Incluso Jacob, su propio padre, no quiso intervenir cuando José era atormentado por sus hermanos. José pagó una multa por la disfunción de su familia.

¿Esto te describe? ¿Has estado fuera de casa durante años, pero todavía llevas las cicatrices mentales producto del caos de tu familia? O ¿tal vez tu caos está en tu trabajo, donde los pecados voluntarios de otros te afectan directamente? Eso le ocurrió a José cuando la esposa de su jefe trató de seducirlo. Cuando José la rechazó, ella mintió sobre él vengativamente y fue arrojado en otro hoyo, una prisión que llevaba a la muerte.

La Escritura deja claro que con cada hoyo en el cual caía José, Dios estaba obrando, acelerando el proceso para alcanzar los propósitos de Su reino. Oí a Dios decir de él: "Quiero a alguien que esté dispuesto a soportar todas las pruebas fielmente, para poder posicionarlo estratégicamente de tal forma que salve a Mi pueblo. Elijo a José para esta tarea".

Piensa acerca de la increíble trayectoria de la vida de José. Aquí tenemos a un pastor adolescente que en pocos años se convirtió en el segundo al mando del mayor imperio del mundo. Me dan ganas de orar: "Dios, sácame de mi zona de comodidad. Quiero verte obrando Tus propósitos en mi vida".

¿Estás dispuesto a decir: "Señor, iré con mucho gusto donde Tú quieras que vaya"? Conozco a muchos cristianos que tienen hambre de este tipo de fe. Ellos claman: "Señor, tiene que haber algo más en este caminar. Yo no quiero simplemente ocupar un espacio en la Tierra. Quiero que Tú obres en mí para que yo pueda impactar Tu Reino".

Cuanto más grandes sean nuestros sueños para la obra de Dios, más grande será nuestro hoyo. ¿Crees que Dios puede hacer que tu matrimonio refleje Su gloria? Entonces debes estar listo para que tu matrimonio sea probado casi más allá de sus límites. La verdad es que la fe nos arroja a un hoyo casi siempre. Si queremos que Dios use nuestras vidas, entonces más nos vale estar preparados para un hoyo.

“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo” (Génesis 50:20).