EL NUEVO COMIENZO by Jim Cymbala

Casi cien años atrás Charles Haddon Spurgeon, el gran predicador británico, dijo en un sermón: “La condición de la iglesia puede ser medida con mucha precisión por sus reuniones de oración.”

En nuestra primera reunión de oración de martes por la noche en la Iglesia Brooklyn Tabernacle, se presentaron entre quince y dieciocho personas. Yo no tenía ningún programa establecido; simplemente me puse de pie y dirigí a las personas en canto y alabanza a Dios. A partir de allí surgió la oración. Percibí un nuevo sentido de unidad y amor entre nosotros y Dios parecía estar uniéndonos.

En las semanas que siguieron, se hicieron evidentes las respuestas a la oración. Empezó a aparecer gente nueva con talentos y habilidades que podían ayudarnos, y comenzaron a presentarse parientes inconversos y personas totalmente desconocidas. Empezamos a sentir que éramos una "sala de emergencia del Espíritu Santo" donde las personas con traumatismos espirituales podían ser rescatadas. Así fue que semana tras semana, seguí alentando a la gente para que orara.

No estábamos allí para escucharnos unos a otros mientras expresábamos oraciones elocuentes; estábamos demasiado desesperados para eso. Nuestro enfoque era vertical, dirigido hacia Dios, y no horizontal de unos a otros. Gran parte del tiempo invocábamos al Señor en grupo, orando todos juntos en acuerdo, una práctica que sigue hasta el día de hoy. Otras veces nos tomábamos de las manos formando círculos de oración, o bien diversas personas expresaban alguna carga especial. El formato de una reunión de oración no es tan importante como su esencia: tocar al Todopoderoso, clamando con todo el ser.

En aquellos días iniciales en nuestra iglesia, al acercarse la gente al Señor, recibir la plenitud del Espíritu y reavivar su primer amor por Dios, espontáneamente empezaron a hablar del tema en sus trabajos, en sus edificios de apartamentos, en reuniones familiares. Pronto estaban trayendo a personas nuevas.

Desde ese día y hasta el presente, nunca ha habido una tempomda de declinación en la iglesia, gracias a Dios. Por su graria, nunca ha ocurrido que una facción se levante y decida separarse. Dios ha seguido enviando a personas que necesitan ayuda y a menudo ni siquiera sabemos cómo fue que se enteraron de nosotros.


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Jim Cymbala comenzó la iglesia Brooklyn Tabernacle con menos de veinte miembros en un pequeño y deteriorado edificio en una parte difícil de la ciudad. Nacido en Brooklyn, es un viejo amigo de David y Gary Wilkerson, y un orador frecuente en conferencias para pastores y líderes patrocinadas por World Challenge en todo el mundo.