EL CONSUELO DEL PADRE

Imagina un hijo adoptado que ha madurado y heredado el señorío sobre todas las riquezas de su padre. Sin embargo, este hijo sigue ganándose la vida con los criados, viviendo bajo los términos de la esclavitud.

¿Es correcto que el padre de este joven lo consuele en su esclavitud, asegurándole que es amado y que todo va a estar bien? ¡Por supuesto que no! Cualquier padre que ama a su hijo querría que éste reclamara su herencia y saliera de su pobreza. ¡Le instaría a apropiarse de las riquezas que le pertenecen!

Del mismo modo, Dios no tan sólo nos consuela en nuestra esclavitud. Más bien, Él viene a nosotros diciendo: “Hijo, hija, ¿cuándo vas a ocupar tu lugar a Mi lado? ¿Cuándo vas a entrar en Mi casa y echar mano de todos los recursos que ya son legítimamente tuyos?”

“Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre! Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si hijo, también heredero de Dios por medio de Cristo” (Gálatas 4:6-7).

Si Jesús es tu Señor y Salvador, entonces tú eres un hijo de Dios. Y debido a que eres Su hijo, ¡eres automáticamente un heredero y coheredero con Cristo de todas las riquezas del Padre!

Por supuesto, nuestra posición como herederos no tiene nada que ver con la riqueza material. Decir que Cristo murió para hacernos ricos en oro o plata es una blasfemia. La Biblia dice: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad” (Colosenses 2:9). Esto significa que Dios ha dado a Jesús todas las riquezas en gloria. Por lo tanto, él tiene todos los recursos necesarios para sacarnos de cualquier día malo que podríamos enfrentar.
Aun así, nos preguntamos: “¿No está Dios interesado en nuestro bienestar físico? Todos mis días malos tienen que ver con mi falta de dinero. Ando siempre preocupado por llegar a fin de mes.”

Amado, tu Padre comienza satisfaciendo todas sus necesidades físicas. Su Palabra promete: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús" (Filipenses 4:19). La palabra griega “falta” proviene de una raíz que significa: “Para administrar todo negocio, todo lo que hace falta o es necesario”.

Pablo dice: “Dios es fiel para cuidar de todas tus preocupaciones, sean comerciales, económicas o de cualquier otro tipo. Eso incluye tu empleo, comida, ropa y hogar. Sin embargo, también implican las riquezas de Su bondad: Fuerza, sabiduría y gracia, así como las riquezas de Su plena certidumbre de salvación. Y, aún más allá de éstos, están Sus inescrutables riquezas”.