EL CIELO NO ES UN CENTRO DE RETIRO

Quizás te preguntes: “Señor, ¿por qué me fastidia tanto mi trabajo? ¿Por qué siempre me siento como un extraño? ¿Qué me está pasando?

No hay nada malo en ti. ¡Dios está obrando! Te mantiene enfermo y cansado de este mundo moribundo. Él te está diciendo: “No puedes envolverte tanto en ‘lograrlo’ acá, porque todo se convertirá en humo. Pon tus afectos en las cosas de arriba, en el nuevo mundo que vendrá”.

Tú respondes: “Pero, ¡qué desperdicio! Tengo tanta energía. Tengo talentos, ideas, una mente lúcida y deseos de lograr mucho. Sin embargo, me siento sofocado, bloqueado, es tan frustrante”.

Tengo buenas noticias para ti: Cuando todo acabe y tus amigos burladores sean cortados, sus trabajos consumidos, sus carreras deshechas, su dinero quemado, tu trabajo recién está a punto de comenzar.

Verás, el cielo no es un centro de retiro para jubilados. Por el contrario, nuestro hogar eterno es un lugar de gran acción, lleno de nuevos horizontes y de planes increíbles. Dios hará total uso de todos nuestros dones, talentos y deseos allá. Él no va a desperdiciar nada de lo que te haya dado. Más bien, tus dones serán multiplicados, ¡Él te usará para Su gloria en la eternidad!

Jesús nos da varios indicios de cómo será esta experiencia:

“Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así. De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá” (Mateo 24:46-47). En griego, el texto sugiere una “cita eterna”. Estaremos sobre todos sus bienes por toda la eternidad.

“Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré” (Mateo 25:21).

“Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades” (Lucas 19:17).

Citas eternas…puestos sobre su casa…sobre sus bienes…teniendo autoridad sobre ciudades. ¡Gobernaremos y reinaremos con Jesús en Su reino, como reyes y sacerdotes!