LA GRANDEZA PRESENTE DE CRISTO

Las Escrituras dicen que hemos recibido la misma vida energizante y de resurrección que está en Cristo: “Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros” (Romanos 8:11). Él infunde nuestros cuerpos mortales con fuerza física a través de la misma energía de Dios.
Nuestra fe simplemente tiene que ir más allá del punto de la muerte. Debemos mirar cara a cara a todo lo que está muerto y proclamar: “Jesús nunca se da por vencido en lo que parece estar muerto”. Necesitamos una fe que se niegue a renunciar a cualquier persona o cualquier cosa, por imposible que parezca la situación.
Cristo nos asombrará por Su poder. De hecho, si te aferras a una fe inquebrantable, estás listo para una manifestación gloriosa de Su vida de resurrección. Solamente tú y el Señor conocerán todos los aspectos íntimos de Su milagro, pero Él te asombrará y te estremecerá al mostrarte Su gran gloria.
“Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él” (Colosenses 2:13).
“Pero Dios…por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo” (Efesios 2:4-5).
“El espíritu es el que da vida” (Juan 6:63). “Fue hecho…el postrer Adán, espíritu vivificante” (1 Corintios 15:45).
¡Cuán claro es Su mensaje para nosotros! El Espíritu Santo mora en nosotros para producir Su vida constante. Esa es la grandeza presente de Cristo.