JESUS NUNCA LLEGA TARDE

La paciencia piadosa es la voluntad de esperar el tiempo de Dios. Hay tal cosa como el tiempo del Espíritu Santo. “Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Hebreos 10:37). Este versículo se refiere a más que la Segunda Venida de Cristo; también se refiere a la venida de Cristo para satisfacer nuestras necesidades.
No existe tal cosa como que Dios llegue tarde. María y Marta habían pensado que Jesús se había retrasado cuando su hermano Lázaro murió. Ellos le dijeron: “Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto” (Juan 11:21). En otras palabras: “Jesús, ¡llegaste demasiado tarde! Te perdiste el plazo”.
¡Imagínate cuánto debe haber herido a Jesús esta reprensión! Pero Él les contestó, en esencia: “No, Yo no he llegado tarde. Lázaro se levantará de nuevo. Estoy aquí, y Yo soy la resurrección. Toda la vida está en Mí”.
La casa de Jairo, un principal en la sinagoga, pensó que Jesús había llegado demasiado tarde. A este prominente hombre se le dijo: “Tu hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?” (Marcos 5:35). Una vez más, el mensaje era: “Jesús llegó demasiado tarde. ¡Se acabó! Él no respondió a tiempo y nos decepcionó”. Pero, como sabemos, Jesús tomó a la niña de la mano y la resucitó de los muertos (5:41-42).
¿Demasiado tarde? No hay tal cosa para con nuestro Señor. ¡Puedes ver en estos dos casos que Jesús llegó justo a tiempo! Tú puedes ser tentado a dejar la lucha y hundirte en la desesperación, pero nuestro Padre está tan lleno de amor por Sus hijos que no puede ser impedido de obtener algo de la nada.