LA BONDAD DE DIOS

¿No ves que desprecias las riquezas de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, al no reconocer que su bondad quiere llevarte al arrepentimiento?” (Romanos 2:4, NVI)

¿Qué quiere decir Pablo cuando dice que esta persona desprecia las riquezas de la bondad de Cristo? La palabra para despreciado aquí significa: “El no pensaría que esto fuera posible”. En otras palabras, este creyente dijo: “Tal gracia y misericordia no es posible, no puedo comprenderla”. Esto no penetró en su teología, así que, en lugar de aceptarlo, se propuso estar en contra de ello.

¿Por qué el siervo ingrato de Mateo 18:23-35 no pudo aceptar la gracia del rey? Hay una razón: no tomó seriamente la enormidad de su pecado. Sin embargo, el rey ya le había dicho: “Eres libre. No hay más culpa, no hay más derechos sobre ti, ni libertad condicional, ni se te requiere que hagas obras. Todo lo que necesitas hacer ahora es centrarte en la bondad y paciencia que Yo te he mostrado.”

Trágicamente, una persona que no acepta el amor no es capaz de amar a nadie más. En lugar de ello, se vuelve crítico de otros. Eso es lo que le había ocurrido a este siervo. Él perdió por completo el sentido de la misericordia que mostró el rey hacia él. Verás, la paciencia y el perdón inmerecido de Dios están destinados para una cosa: llevarnos al arrepentimiento. Pablo declara: “¿No ves que la bondad de Dios quiere llevarte al arrepentimiento?”

Está claro a partir de la parábola que esta es la razón por la que el amo perdonó a su siervo. Él buscaba que este hombre de confianza se volviera de las obras de la carne para descansar en la increíble bondad del rey. Tal descanso le liberaría para amar y perdonar a otros en devolución por el favor recibido. Pero en lugar de arrepentirse, el siervo salió de allí dudando de la bondad de su amo. Él determinó tener un plan de contingencia. Y, despreciando la gracia del rey, se volvió un crítico de los demás.

¿Puedes imaginar la mente torturada de tal persona? Este hombre dejó un lugar sagrado de perdón, donde experimentó la bondad y gracia de su amo. Pero en lugar de regocijarse, despreció el significado de tal libertad absoluta. Te digo que cualquier creyente que crea que la misericordia de Dios es imposible se abre a sí mismo a cada mentira de Satanás. Su alma no tiene descanso. Su mente está en una constante agitación. Y él está continuamente temeroso de ser juzgado.

Me pregunto cuántos cristianos hoy viven esta existencia torturada. ¿Es esa la razón por las que existen tantas disputas, tantas divisiones en el cuerpo de Cristo? ¿Es esta la razón por la que hay tantos ministros que están en desacuerdo, la razón por la que muchas denominaciones rehúsan a tener comunión con las demás?