EL CAZADOR

“...pero la adúltera busca la vida del hombre.” (Proverbios 6:26).

La adúltera en este versículo se refiere a Satanás. Él caza a aquéllos que son preciados para Dios. El diablo trata de seducir a todos los que tienen hambre del Señor. ¿Por qué piensa que usted está siendo probado en gran manera? Usted puede tener una vida llena de pruebas, pero esto no es porque usted es malvado. No, esto se debe a que Satanás sabe cuán preciado es usted ante los ojos de Dios y ¡esta vida preciada es la que Satanás anda cazando!

Durante una cruzada evangelística en la costa oeste, conocí a un joven que era brujo. De hecho, él era el líder de un grupo de brujos. A pesar de que este muchacho estaban grandemente involucrado en ocultismo, él no creía en que Satanás y sus demonios podían poseerle.

Una noche, mientras este joven intentaba dormir, él vió horribles caras demoniacas en el techo de su habitación lanzándole miradas lascivas. Mientras dichas caras se juntaban como una nube y formaban un embudo, el joven se dio cuenta que estaban a punto de conducirse a su corazón.

Él se encontraba petrificado. Entonces él recordó algo de su niñez y exclamó, “¡En el nombre de Jesús, váyanse!” Y todos los demonios desaparecieron.

La siguiente noche estas fuerzas vinieron en legiones aún mayores. Mientras el joven se encontraba durmiendo, él escuchó un sonido. Él miró hacia arriba y vió toda su habitación llena de horribles criaturas. Éstas volvieron a formar un embudo. Esta vez el joven se levantó de su cama y gritó, “¡Clamo la sangre de Jesús!” Y de nuevo los demonios huyeron.

Este joven pensó, “La siguiente vez que vengan no podré manejar la situación.” Así que se comunicó con un amigo cristiano y le preguntó si lo acompañaba a una mis cruzadas.

Durante el servicio, el joven fue tocado por el Espíritu Santo y entregó su vida a Cristo. Él testificó que incluso su familia tenía antecedentes en el ocultismo; él recordó que cuando tenía seis años de edad, él estaba enamorado de Jesús. “Recuerdo claramente cuando iba al bosque detrás de nuestra casa y predicaba,” él dijo.

Yo he visto este mismo amor por Dios en mis propios hijos y nietos. Yo tenía ese tipo de corazón cuando era niño, así que sabía lo que este joven me estaba hablando.

De repente, me dí cuenta por qué el diablo había tratado de poseer a este joven y de destruirlo. Se debía a que él era preciado para Dios.