CONSTRUYENDO SOBRE LA ROCA

Si usted dice ser cristiano - ama a Jesús y camina en obediencia Él - sin embargo usted lo abandona día tras día al no orar, entonces usted realmente no lo conoce. Su hogar no está cimentado sobre la roca sino sobre arena. Su casa se a va a colapsar por completo en tiempos de dificultad.

Usted no puede conocer a Jesús solamente yendo a la iglesia. Usted debe tener una conversación con el Señor día tras día, hora tras hora. Usted debe llegar a conocerlo, a crecer en su amor por Él, y desear conocer lo que a Él le agrada.

Nosotros tendemos a considerar los mandamientos del Señor como una carga, como estatutos que restringen nuestra libertad personal. Y en lugar de adoptar Sus palabras hacia nosotros, tendemos a buscar caminos que nos permitan escaparnos de ellas.

Nosotros hemos distorsionado la gracia de Dios al hacerla una clase de túnel de salida de la prisión que implica ser Su ley. Sin embargo, la gracia es una maestra de santidad: “La gracia de Dios se ha manifestado para salvación a toda la humanidad, y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente..”(Tito 2:11-12).

El hombre cimentado sobre la roca adopta y con gozo cumple los mandamientos del Señor. Este no ve a Dios como a alguien que tiene un cinturón en su mano siempre listo para castigarlo. No, este ve al Señor como alguien con sus brazos abiertos que le dice, “Ven a mí, recibe vida, recibe fortaleza. ¡Yo te llevaré al otro lado!” La Palabra de Dios nos muestra lo que implica construir sobre la Roca.

Enoc obedeció a Dios con el único objetivo de complacerlo. “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuera traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.” (Hebreos 11:5). Enoch fue traspuesto porque él agradó al Señor.

El apóstol Juan dice: "...y cualquiera cosa que pidamos la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos las cosas que son agradables delante de él.” (1 Juan 3:22). “Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas,
y por tu voluntad existen y fueron creadas.” ( Apocalipsis 4:11).