ACEPTADOS ATRAVÉS DE CRISTO

Para que una persona ocupada consigo mismo disfrute una paz duradera, deberá desistir de sí mismo y obedecer la Palabra de Dios, y descansar en lo precioso y eterno que está escrito sin cuestionar nada. La Palabra de Dios nunca cambia. Yo cambio; mi enfoque, mis sentimientos, mi experiencia, mis circunstancias cambian continuamente, pero la Palabra de Dios es la misma ayer y hoy y por los siglos.

Es un punto grande y esencial cuando el alma capta que Cristo es lo único que define el lugar del creyente ante Dios. Esto da inmenso poder, libertad y bendición. “Pues como él es, así somos nosotros en este mundo” (1 Juan 4:17). ¡Esto es algo perfectamente maravilloso!

Considerémoslo; pensemos en un pobre despreciable, culpable esclavo del pecado, un siervo de Satanás, mundano, expuesto al infierno eterno – tal individuo tomado por la gracia soberana y liberado completamente de las garras de Satanás, del dominio del pecado, del poder del diablo – perdonado, lavado, justificado, habiéndose acercado a Dios, aceptado en Cristo y perfectamente y por siempre identificado con Él para que el Espíritu Santo pueda decir, “¡Como Cristo es, así es él en este mundo!”

Todo esto parece ser demasiado bueno para ser verdad. Y más que seguro, es demasiado bueno para que lo comprendamos. Pero bendito sea el Dios de toda gracia y bendito sea el Cristo de Dios, que no es demasiado bueno para que Él nos lo dé. Dios da como Él es. Él siempre será Dios, a pesar de que no somos merecedores, y a pesar de la oposición de Satanás. Él actuará de una manera merecedora de Él mismo y del Hijo de Su amor.

Pasaje extraído de los escritos de J.B. Stoney usado en los devocionales personales de David Wilkerson.