LA VERDAD ACERCA DE LA FE

Supóngase que uno de mis hijos ha caído en una trampa para osos en la selva y se encuentra herido y sangrando, gritando por ayuda.

Como padre de él, ¿me detengo a analizar la calidad de su fe? ¿Me pregunto, “Tiene mi hijo suficiente fe en mí para confiar que iré a su rescate?”

¡No! ¡Mil veces no! Yo corro hacia mi hijo – sin preguntas – sin incluir la fe – porque estoy motivado por el amor de un padre hacia su hijo herido. Su fe de él no me motiva. No es nada de lo que él hace; es simplemente mi amor por él.

¿Qué clase de padre terrenal dejaría a su hijo sangrando y herido en una selva remota simplemente porque el hijo no demuestra en su voz alguna clase de fe en su padre? Y Dios no dejará que ninguno de sus hijos sufra solo. Él nunca cerrará sus oídos a su llanto simplemente porque su fe es débil.

“Si somos infieles, él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo” (2 Timoteo 2:13).

Mi fe, su fe de usted, toda fe debe descansar en la misericordia y preocupación de nuestro Padre celestial por nosotros. Se nos ordena gloriarnos en el amor y en la eterna bondad de nuestro Padre.

“Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe en conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada…” (Jeremías 9:24 NVI).

Dios ama tanto a sus hijos, que él escucha antes de que lo llamen, como la madre que anticipa el llanto de su bebé. Por esa razón David oró, “Oye mi voz conforme a tu misericordia; Jehová vivifícame conforme a tu justicia” (Salmo 119:149).

Él me ama y viene a mi rescate cuando mi fe es débil, cuando no merezco ninguna respuesta de él, todo debido a su ternura y bondad.

“Misericordioso y clemente es Jehová; lento para la ira y grande en misericordia” (Salmo 103:8).

La paz más grande ha inundado mi alma desde que me he convencido de que Dios me ama. Tanto que, él vendrá a mi rescate y hará lo que es correcto en cada situación de mi vida. Fe débil o no, él todavía me ama y nada puede estorbar ese amor.