AYUDA SIEMPRE PRESENTE

Dios nos ha prometido: “…en las tribulaciones, (cuando enfrentes una crisis persistente, siempre presente), Yo seré tu ayuda, siempre presente” (ver Salmos 46:1).

La frase: “siempre presente”, significa: “siempre acá, siempre disponible, con acceso ilimitado”. En resumen, la presencia viviente del Señor está siempre en nosotros. Y si Él está siempre presente en nosotros, entonces Él desea una continua conversación con nosotros. Él desea que hablemos con Él, sin importar donde estemos: en el trabajo, con la familia, con amigos, incluso con inconversos.

Rehúso aceptar la mentira que Satanás ha sembrado hoy en tantos hijos de Dios: que el Señor ya dejó de hablarle a su pueblo. El enemigo quiere que pensemos que Dios ha permitido a Satanás crecer en poder e influencia, pero que a la vez, Dios no ha equipado a su pueblo con una mayor autoridad. No, ¡jamás! La Escritura dice: “vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él” (Isaías 59:19). No importa lo que el diablo traiga en contra nuestra. El poder de Dios en su pueblo siempre será mayor que los ataques de Satanás.

Este versículo de Isaías, de hecho, se refiere al portador de la bandera o estandarte que iba al frente del ejército de Israel. El Señor siempre guió a su pueblo a la batalla, detrás de su poderoso estandarte. De la misma manera hoy, Dios tiene un ejército glorioso de huestes celestiales que marcha bajo su bandera, listos para ejecutar sus planes de batalla en nuestro favor.

Quizás usted pregunte: “¿Cómo, entonces, nos da Dios su ayuda en nuestros problemas?” Su ayuda viene en el regalo de su Espíritu Santo, quien mora en nosotros y obra la voluntad del Padre en nuestras vidas. Pablo nos vuelve a decir vez tras vez que nuestro cuerpo es el templo del Espíritu Santo. Somos el lugar de morada de Dios en la Tierra.

Por supuesto, repetimos a menudo esta verdad, en nuestra adoración y testimonios. Pero muchos de nosotros no lo tomamos en serio. Simplemente no entendemos el poder que está contenido en dicha verdad. Si lo entendiéramos y confiáramos en él, nunca más sentiríamos temor ni desmayaríamos.

Yo mismo no he aplicado completamente esta lección en mi vida. Aun después de todos mis años como ministro, sigo tentado a pensar que debo producir algún tipo de emoción para poder oír de Dios. No, el Señor está diciendo: “No tienes que pasar horas esperándome. Yo resido en ti. Estoy presente para ti, día y noche”.

Escuche el testimonio de David: “Bendeciré a Jehová que me aconseja; aun en las noches me enseña mi conciencia. Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido” (Salmos 16:7-8). David está declarando algo: “Dios está siempre presente delante de mí. Y yo he determinado mantenerlo a Él en mis pensamientos. Él me guía con fidelidad en el día y en la noche. Nunca más estaré confundido”.