ÉL NO PUEDE SER SACUDIDO

David escribió en un salmo que el Señor “cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres” (Salmos 147:4). Piensa en esto, David nos está diciendo: “Cuando estás en dolor, detente y levanta la vista. Te darás cuenta: ‘si Dios puede hacer esto, sin duda puede satisfacer mi necesidad’”. Estoy de acuerdo. Si en tu dolor te concentras en la majestad de Dios, recibirás más que cualquier respuesta que un predicador podría darte.
Puedes pensar que Dios te ha fallado porque no ha respondido aún. Te digo, tu palabra milagrosa está en camino. Él está trabajando en tu liberación en este momento y lo ha estado haciendo desde el primer momento en que oraste. Él ha prometido nunca abandonarte. Los mares pueden rugir, las montañas pueden caer en el mar, y todo lo que puede ser sacudido lo será. Pero Él no puede ser sacudido, como tampoco pueden serlo Sus propósitos para Su iglesia.
Cuando tocas a Jesús, cuando tocas el borde de Su manto, recibes Su poder. Cuando la mujer que sangraba lo tocó, se nos dice que “poder...había salido de él” (Marcos 5:30). Algunas versiones usan la palabra “virtud” acá, que significa “poder”. Esto significa poder sobre toda inmundicia, sobre el pecado y sobre la muerte.
Recuerden, Él es el Dios que hizo todas las cosas, incluido tú y yo. Si ese Dios pudo crear un corazón limpio en David, un asesino y adúltero, Él puede hacer lo mismo en ti. Él puede cambiar tu vida por completo. 
Querido santo, Jesús está presente contigo ahora mismo en tu batalla. Tú puedes persistir y tocarlo como la mujer con flujo de sangre lo hizo. Puedes experimentar el poder de resurrección, el poder sanador de Cristo, sin importar lo que estés atravesando. Él está caminando a tu lado a lo largo del camino y tiene un plan para sacarte de la muerte y llevarte a la vida. No temas, ¡sólo cree!