SÓLO POR FE

El perdón de Dios sólo puede ser obtenido por fe. No podemos razonarlo. El regalo expiatorio de la sangre de Cristo es tan profundo, tan lleno de gracia, tan misterioso, que está lejos de ser comprendido por medio de cualquier habilidad humana. Puede que veamos claramente cómo la ley de Dios es aplicada a nuestro pecado. Es posible que sintamos condenación, temor y culpa por nuestras transgresiones. Sin embargo, nuestro Padre celestial permanece amorosamente a nuestro lado en todo momento, listo para perdonarnos.

La sangre de Cristo, el amor del Padre, el deseo que tiene el Señor de perdonarnos: todas estas bendiciones solo pueden ser conocidas mediante la fe. “El justo por la fe vivirá” (Gálatas 3:11).

Usted puede preguntarse, “¿Cuántas veces me perdonará el Señor por continuar cometiendo el mismo pecado una y otra vez?” Sin embargo, usted puede descansar confiadamente en el hecho de que el increíble perdón del Señor es ilimitado. Cada vez que usted peca, usted puede ir a Jesús y encontrar liberación. No obstante, el perdón del Señor no es ingenuo ni ciego. Nuestro Padre celestial nos perdona – pero hasta cierto punto, Él nos disciplina para evitar que continuemos en pecado. “Porque el Señor al que ama, disciplina” (Hebreos 12:6).