USTED ES PRECIOSO PARA DIOS

“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no es de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9).

Aún si usted viviera hasta los 500 años, usted no podría vivir lo suficiente como para poder agradar a Dios por sus propios actos. No importa cuánto usted trate de limpiarse. Su carne no es aceptada ante Dios; ni siquiera puede ser reformada. Toda carne fue eliminada en la cruz. Ahora un nuevo hombre ha surgido: el hombre Cristiano. La verdadera fe es tener confianza en lo que Él ha hecho por usted.

Puede que usted diga, “Oh, yo puedo creer que Dios se deleita en pastores que son fieles. Ellos oran y pasan mucho tiempo en Su Palabra. Yo puedo creer que los ancianos de la iglesia son preciosos para él. Ellos han soportado sufrimientos, pruebas y tribulaciones, y han salido victoriosos. Pero lo encuentro difícil de creer que un Cristiano atribulado, que falla como yo, pueda ser precioso para Dios. Él tiene que estar disgustado conmigo porque mi vida es sube-y-baja. Tengo problemas que no puedo resolver. Yo creo que Él todavía me ama, pero con seguridad que está decepcionado de mí.”

Por favor entienda la maravillosa profecía de gracia en Isaías cuando Dios dice, “Yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú” (Isaías 43:1). Esto le fue dicho a un pueblo que había sido robado, estropeado, atrapado y echado en prisión – y todo esto debido a su propia necedad e incredulidad.

Es en ese momento que Dios les dice, “Ahora – después de todos tus fracasos – vengo a ti con este mensaje de esperanza. ¡Y lo hago porque eres mío!”