SU PRESENCIA MANIFIESTA

Muchos están familiarizados con el pasaje donde Pablo iguala el matrimonio a la relación entre Dios y la iglesia: “Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia” (Efesios 5:31-32).

Ahora nota lo que dice Isaías: “Porque tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre; y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra será llamado” (Isaías 54:5). ¿Quién es el Hacedor aquí? Es Cristo, el creador del cielo y la tierra. E Isaías nos dice que Él es nuestro esposo. Sin embargo, la esposa se ha separado de su esposo: “Vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír” (Isaías 59:2).

¿Dónde vemos esta separación hoy entre la iglesia y Dios? La veo más obviamente en las principales iglesias famosas. Pero también la veo en el evangelio de “pedal suave” de las iglesias post modernas. Es evidente que ha habido una separación de la presencia manifiesta de Dios. Ciertamente, ha sucedido justo como Jesús y Pablo profetizaron. Muchos se han convertido en amantes de placeres más que de Dios, teniendo una forma de religión sin poder, despreciando el Evangelio de sus padres, echando abajo las antiguas señales de moral, cambiando la Palabra infalible de Dios para moldearla a los tiempos.

Te desafío a ir a cualquier ciudad, de iglesia en iglesia de cualquier convicción evangélica. Trata de encontrar una donde reconoces la temible y manifiesta presencia de Jesús, donde encuentras Su convicción que derrite corazones. Cuando el Señor está verdaderamente presente, lo reconoces, sea en los cánticos, la predica o la coinonía. Algo conmueve tu alma y produce asombro y reverencia. En mi experiencia, esto es rara vez encontrado.

No estoy condenando a las iglesias modernas de hoy en día; Dios me libre. Pero que el Señor nos ayude si no tenemos Su presencia manifiesta en estos últimos días. Y a causa de la falta de determinación de tales iglesias, Él ha tenido que esconder Su presencia de ellos por un tiempo.