AMISTAD FIEL
Si eres un seguidor de Jesús, si eres parte del linaje de sangre de Cristo, ¡Satanás tratará de traer a tu vida a alguien para destruir todo lo divino en ti!
En este momento, puedes estar pensando: “¡Espera un minuto! Yo no quiero empezar a dudar de mis amigos o de pronto sospechar de ellos”. Si son amigos de verdad, unidos a tu corazón en el Espíritu de Cristo, no tienes nada que temer al examinar tu relación con ellos. Debes mirar todas tus amistades, a la luz de las Escrituras.
Es fácil determinar si tus amistades cercanas son de Dios o si han sido plantados por el enemigo para destruirte. Basta con pensar en tu mejor amigo, y luego, responder a estas preguntas:
Por otro lado, un amigo verdadero, piadoso, siempre se pondrá del lado de la Palabra de Dios en cualquier asunto y no sólo de tu lado por el hecho de ser tu amigo. Tal amigo no te conducirá a la amargura del pecado. En cambio, te amará lo suficiente como para decirte la verdad.
“Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece” (Proverbios 27:6).
En este momento, puedes estar pensando: “¡Espera un minuto! Yo no quiero empezar a dudar de mis amigos o de pronto sospechar de ellos”. Si son amigos de verdad, unidos a tu corazón en el Espíritu de Cristo, no tienes nada que temer al examinar tu relación con ellos. Debes mirar todas tus amistades, a la luz de las Escrituras.
Es fácil determinar si tus amistades cercanas son de Dios o si han sido plantados por el enemigo para destruirte. Basta con pensar en tu mejor amigo, y luego, responder a estas preguntas:
- ¿Él (o ella) chismea, difama o habla mal de los demás?
- ¿Argumenta sobre la Escritura, debate continuamente y nunca llega a la verdad?
- ¿Llama a las personas piadosas, “fariseos”?
- ¿Detectas en sus palabras, un espíritu de desobediencia, envidia o sospecha?
- ¿Escupe palabras venenosas contra su cónyuge?
- ¿Ha tenido éxito en plantar malos pensamientos en tu mente respecto a los demás?
- ¿Has comenzado a unirte a él (o ella) en escupir amargura?
Por otro lado, un amigo verdadero, piadoso, siempre se pondrá del lado de la Palabra de Dios en cualquier asunto y no sólo de tu lado por el hecho de ser tu amigo. Tal amigo no te conducirá a la amargura del pecado. En cambio, te amará lo suficiente como para decirte la verdad.
“Fieles son las heridas del que ama; pero importunos los besos del que aborrece” (Proverbios 27:6).