USTED NECESITA AL ESPÍRITU SANTO
Algunos hemos sido salvos por un número de años, otros tal vez un año, y algunos sólo unos meses o unas pocas semanas. ¡Ser salvos del pecado es maravilloso! Las cosas viejas se desvanecen – y todas las cosas se vuelven nuevas. ¡Estoy feliz de que usted sea salvo!
Pero para poder ser un buen soldado al servicio de nuestro Señor Jesucristo, no es suficiente el ser salvos. Hay mucho más para usted. ¡Usted necesita ser bautizado con el Espíritu Santo!
En los tiempos de Pablo, algunos creyentes no sabían que había un Espíritu Santo. “Les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo” (Hechos 19:2) Estas personas fueron salvas, pero está claro de que no habían sido llenados ni bautizados con el Espíritu Santo.
Yo creo en que somos salvos a través del poder y ministerio del Espíritu Santo. ¡Pero las escrituras nos dicen que en adición a esto, hay también un bautismo, un llenar, y una posesión que el Espíritu Santo hace en nosotros!
Jesús mismo no envió a sus discípulos y seguidores al mundo, hasta que ellos fueron bautizados con el Espíritu Santo. Ciertamente, sus discípulos tenían corazones puros. Tenían fe para sanar enfermos, para echar fuera demonios. Tenían la Palabra del Señor y ya habían estado predicando y ganando convertidos. Ellos fueron testigos de su resurrección. ¿Qué más podría haber? ¡Ellos estaban dispuestos a morir por Jesús! ¿No era suficiente su amor por él para ser enviados al mundo a hacer su trabajo?
Amados, ¡Nada de eso era suficiente! Claramente, había más. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8)
¿Usted realmente quiere al Espíritu Santo? ¿Quiere que caiga sobre usted y lo bautice con fuego? Usted tiene que estar convencido que esto es para usted. Usted debe llegar al lugar donde usted sabe que no es nada, que no tiene nada y que no puede hacer nada sin el poder y la guía del Espíritu Santo.
¡Usted debe de saber que él está todavía bautizando, todavía cayendo sobre los creyentes – poseyendo sus cuerpos! “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Por que para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:38-39)
¡Cada hora de cada día, multitudes en todo el mundo están siendo bautizados con el Espíritu Santo! Ellos han leído ésta promesa en la Biblia o la han escuchado en una prédica. ¡Y ellos han clamado, apoderándose de la promesa, y han sido bautizados!
Este bautismo es especialmente para aquellos que están viviendo en los últimos días. “Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne…En aquellos días derramaré de mi Espíritu” (Hechos 2:17-18). El está disponible para todo el que lo pida:
“¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:13).
Dios quiere que usted viva y camine en el Espíritu. Usted no debe de correr buscando a algún otro que pueda satisfacer las necesidades de alguna persona. Usted es llamado a hablar la Palabra de Dios mientras el Espíritu se mueve en usted, y a poner manos sobre los enfermos, y a echar fuera demonios así como los apóstoles lo hicieron. ¡Somos llamados a ser testigos llenos del Espíritu Santo y de poder!
Pero para poder ser un buen soldado al servicio de nuestro Señor Jesucristo, no es suficiente el ser salvos. Hay mucho más para usted. ¡Usted necesita ser bautizado con el Espíritu Santo!
En los tiempos de Pablo, algunos creyentes no sabían que había un Espíritu Santo. “Les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo” (Hechos 19:2) Estas personas fueron salvas, pero está claro de que no habían sido llenados ni bautizados con el Espíritu Santo.
Yo creo en que somos salvos a través del poder y ministerio del Espíritu Santo. ¡Pero las escrituras nos dicen que en adición a esto, hay también un bautismo, un llenar, y una posesión que el Espíritu Santo hace en nosotros!
Jesús mismo no envió a sus discípulos y seguidores al mundo, hasta que ellos fueron bautizados con el Espíritu Santo. Ciertamente, sus discípulos tenían corazones puros. Tenían fe para sanar enfermos, para echar fuera demonios. Tenían la Palabra del Señor y ya habían estado predicando y ganando convertidos. Ellos fueron testigos de su resurrección. ¿Qué más podría haber? ¡Ellos estaban dispuestos a morir por Jesús! ¿No era suficiente su amor por él para ser enviados al mundo a hacer su trabajo?
Amados, ¡Nada de eso era suficiente! Claramente, había más. “Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos 1:8)
¿Usted realmente quiere al Espíritu Santo? ¿Quiere que caiga sobre usted y lo bautice con fuego? Usted tiene que estar convencido que esto es para usted. Usted debe llegar al lugar donde usted sabe que no es nada, que no tiene nada y que no puede hacer nada sin el poder y la guía del Espíritu Santo.
¡Usted debe de saber que él está todavía bautizando, todavía cayendo sobre los creyentes – poseyendo sus cuerpos! “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Por que para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (Hechos 2:38-39)
¡Cada hora de cada día, multitudes en todo el mundo están siendo bautizados con el Espíritu Santo! Ellos han leído ésta promesa en la Biblia o la han escuchado en una prédica. ¡Y ellos han clamado, apoderándose de la promesa, y han sido bautizados!
Este bautismo es especialmente para aquellos que están viviendo en los últimos días. “Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne…En aquellos días derramaré de mi Espíritu” (Hechos 2:17-18). El está disponible para todo el que lo pida:
“¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:13).
Dios quiere que usted viva y camine en el Espíritu. Usted no debe de correr buscando a algún otro que pueda satisfacer las necesidades de alguna persona. Usted es llamado a hablar la Palabra de Dios mientras el Espíritu se mueve en usted, y a poner manos sobre los enfermos, y a echar fuera demonios así como los apóstoles lo hicieron. ¡Somos llamados a ser testigos llenos del Espíritu Santo y de poder!