UN MINUTO ANTES DE LA MEDIA NOCHE

Vemos en 1ra de Samuel 13 que Saúl enfrentó un momento crucial que todo creyente deberá confrontar eventualmente. Es un tiempo de crisis donde somos forzados a decidir si esperamos a Dios por fe, o nos volvemos impacientes y ponemos mano en el asunto.

El momento crucial de Saúl vino cuando nubes siniestras de guerra se aglomeraban sobre Israel. Los Filisteos habían reunido un gran ejército de caballería, carrozas de fierro, y legiones de soldados que blandían sus armas modernas. En contraste, los Israelitas sólo tenían dos espadas en todo su ejército – una le pertenecía a Saúl y la otra era de su hijo, Jonatán. Todos los demás tenían que usar armas como ser lanzas que habían fabricado de los implementos que usaban para la agricultura.

Una semana antes, Samuel le había advertido a Saúl que lo esperase en Gilgal antes de ir a la batalla. El profeta había dicho que él llegaría después de siete días para ofrecer los sacrificios apropiados al Señor.

Cuando llegó el séptimo día y Samuel no había llegado, los soldados de Saúl empezaron a dispersarse. Peor aún, el rey no tenía la dirección de Dios para la batalla.

¿Qué decisión tomó Saúl? ¿Se paró firme, declarando, “No importa si Samuel tarda ocho días en llegar, yo voy a permanecer en la Palabra que Dios me dio. Ya sea que viva o muera, yo obedeceré su mandato”? No – Saúl entró en pánico. El permitió ser abrumado por sus circunstancias. Y él terminó manipulando sus acciones para evitar la Palabra de Dios. El ordenó al sacerdote que estaba presente, hacer los sacrificios sin Samuel. Y al haber hecho esto, él cometió un pecado grave contra el Señor (ver 1ra de Samuel 13:11-12).

No – Dios nunca se atrasa. En todo momento, Dios conocía cada paso que Samuel estaba tomando hacia Gilgal. El había colocado al profeta en un sistema de navegación celestial, que apuntaba a su llegada en el segundo preciso. Samuel llegaría allí el día séptimo, aún si fuese un minuto antes de la media noche.

Dios no ha cambiado a través de los siglos. Y él está interesado en que sus hijos obedezcan su mandato: “Obedezcan la voz del Señor, y no sean rebeldes al mandato del Señor” (1ra Samuel 12:15 parafraseado). No importa si nuestras vidas están fuera de control – debemos caminar en completa confianza en el Señor. Aún si las cosas parecen sin esperanza, no debemos actuar en temor. En lugar de eso, tenemos que esperar pacientemente a que él nos libre, tal como lo promete su Palabra.

El hecho es que, Dios estuvo al lado de Saúl mientras el ejército masivo de los Filisteos marchaba hacia él. Dios conocía la crisis en la que estaba Saúl, y su ojo estaba en cada detalle.

Nuestro Dios ve cada detalle de la crisis de usted. El ve todos los problemas de la vida que lo están apretando. Y él está absolutamente consciente de que su situación se torna peor cada día. Aquellos que oran y esperan en él con fe calmada, nunca están en ningún peligro real. Es más, él conoce los pensamientos suyos de pánico:”Yo no sé cómo voy a poder pagar esta deuda…No tengo ninguna esperanza para mi matrimonio…No sé cómo podré seguir con trabajo…” Pero su mandato continúa siendo verdadero: “No entres en pánico, ni te me adelantes. No debes de hacer nada más que orar – y depender de mí. Yo honro a todo aquél que pone su confianza en mí. “

Considere éstas palabras que Dios ha dado a su iglesia: “Sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6). “Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refugio” (Salmo 62:8). “Los que teméis a Jehová, confiad en Jehová; El es vuestra ayuda y vuestro escudo” (Salmo 115:11). “Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Proverbios 3:5-6).

La incredulidad es mortal, y sus consecuencias son trágicas. Y enfrentaremos graves consecuencias si tratamos de desenredarnos nosotros mismos de nuestras dificultades, en lugar de confiar en que Dios nos sacará de ellas.