UNA REVELACIÓN SIEMPRE CRECIENTE DE JESUCRISTO

Desde que aconteció la cruz, todos los gigantes espirituales han tenido una cosa en común. Ellos estuvieron en una comunión íntima con el Señor; ellos se perdieron en la gloriosa inmensidad de Cristo, y murieron lamentándose de que aún conocían tan poco de Él. Así sucedió con Pablo, con todos los discípulos, y con muchos de los padres de la iglesia primitiva; así también con Lutero, Zwingli, y los puritanos; con los predicadores píos de Inglaterra, y con muchos líderes devotos hoy en día.

Cada uno de estos gigantes compartían la misma pasión que los dominaba: tener una revelación siempre creciente de Jesucristo. A ellos no les importaba lo espectacular, lo de esta tierra, las cosas del mundo, el éxito, la ambición ni la fama. Ellos oraban – no por cosas, no por bendiciones físicas, no para ser usados, no por nada de sus “yo”, sino solamente por una revelación más plena de la gloria y de la inmensidad de su Señor.

Satanás está manifestando gran poder, y el infierno está desatando toda su furia en esta generación. Las fortalezas del enemigo son más fortificadas, más poderosas, y más atrincheradas que en cualquier otra generación. Sin lugar a duda, Satanás se está revelando al mundo como nunca antes y está siendo conocido mejor, temido menos, y aceptado más.

¡Un conocimiento básico de Jesús que se consigue en escuela Bíblica no será suficiente para esta guerra final! Saber acerca de él no es suficiente. Necesitamos buscar una revelación más grande del Espíritu Santo. Eso requiere pasar mucho tiempo en Su mesa. Usted puede conocerlo sólo estando mucho tiempo en su presencia, sólo sentándose con él, escuchando su voz, esperando en él para recibir sabiduría divina. Hombres ocupados, preocupados, muy raramente llegan a conocerlo.

Pablo estaba comprometido a una revelación siempre creciente de Jesucristo. Todo lo que él tenía de Cristo vino por revelación. Él dijo, “Por revelación me fue declarado el misterio” (Efesios 3:3). El Espíritu Santo conocía los profundos secretos escondidos de Dios, y Pablo oraba constantemente por el don de gracia para entender y predicar “las insondables riquezas de Cristo” (vs.8). Pablo dijo que tenemos acceso a estas gloriosas riquezas en Cristo. Al hablar de los propósitos eternos de Dios, él dijo, “en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por medio de la fe en él” (vs. 12).

Dios está buscando creyentes que busquen una revelación de él que sea propia de cada uno – que tengan una intimidad personal tan profunda con Él para abrir las “las insondables riquezas de Cristo”