¡PUESTOS LOS OJOS EN JESÚS! by Gary Wilkerson

“Por tanto, también nosotros, que estamos rodeados de una multitud tan grande de testigos, despojémonos del lastre que nos estorba, en especial del pecado que nos asedia, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante. Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe” (Hebreos 12:1-2, NVI).

Nuestra carrera de fe puede ser estorbada por el "pecado que nos asedia". Mientras corremos la carrera de la fe, el enemigo va a ponernos zancadillas. Esto sucede a menudo después de nuestros mayores momentos de victoria. En un momento pensamos: "¡Dios se está moviendo! Ahora veré Su promesa cumplida”, pero entonces nuestra situación gira en la dirección opuesta, haciendo tropezar nuestra fe. Nos quedamos pensando: "Señor, pensaba que ésta era mi victoria. Pero ahora las cosas están peor que nunca".

Así que, ¿dónde está nuestra esperanza? La encontramos al final del versículo: "Corramos con perseverancia la carrera [que Dios nos ha puesto] que tenemos por delante” (12:1). Aunque nuestras circunstancias nos hacen dudar y el pecado nos hace tropezar fácilmente, la carrera en la que estamos, es de resistencia. Se nos enseña a soportar, manteniendo nuestros ojos en Jesús. Nuestra carrera no consiste en acumular mucha fe, no podemos acumular nada por nosotros mismos. Debemos mirar a Jesús para que Él nos provea de fe, porque Él es "el iniciador y perfeccionador de nuestra fe" (12:2).

¡Qué maravilloso: Cristo inicia la fe en nuestros corazones! Mucho antes de que Él nos llamara a correr nuestra carrera particular, este pensamiento estaba en su mente: "Yo quiero verlo terminado". Él inició la fe en nosotros y nos puso en una carrera para ver realizados Sus propósitos.

Dime, ¿qué ha pasado con la fe que Dios plantó en tu corazón? ¿Sientes que ha muerto? ¿Estás cansado después de tropezar tantas veces? Amigo, ¡no te desesperes! Dios ha prometido iniciar la fe en ti y eso incluye a reavivar la fe que has tenido. "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios" (Romanos 10:17).

Si tu promesa aún no se ha cumplido, ten la seguridad de que Dios está obrando "perfeccionando tu fe".