LLUVIAS DE GRACIA by Gary Wilkerson
Nuestra vida en Cristo comienza en la gracia, continúa en la gracia, y terminará en la gracia. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.”(Efesios 2:8-9)
Una vez que comprendamos esta verdad, nuestras vidas estarán marcadas por la libertad, no por la esclavitud; por el gozo, no por el agotamiento; por el deleite, no por el temor. Pasar tiempo en la presencia de Dios se volverá un alegre regalo en lugar de un deber. Después de todo, Jesús nos dice que ya no somos Sus siervos, sino Sus amigos.
Nada de esto niega nuestra responsabilidad. Por supuesto que hay que poner la alarma del despertador para levantarse y orar. Pero ni se te ocurra hacerlo sin el aceite de la gracia de Dios. Y no se te ocurra leer la Biblia sin la gracia, o saldrás condenado y temeroso en lugar de iluminado y con poder. ¿Por qué? Es obra de la gracia de Dios mostrarnos nuestra incapacidad. Esa es la única manera de que podamos reconocer Su capacidad.
No, no dejes tu grupo de apoyo. No renuncies a tu tiempo consagrado a la oración. No renuncies a tu grupo de estudio bíblico. No renuncies a ninguna de estas maravillosas disciplinas, a menos que se estén interponiendo en el camino de la gracia de Dios trabajando totalmente en tu vida.
Algunos de ustedes podrían decir: “De la forma en que estás hablando, nadie va a orar jamás. Nadie va a disciplinarse para la tarea, no está en nosotros. Si seguimos tu sugerencia, nadie sabrá nunca el camino de Dios para nosotros.”
Sólo recuerda que la lluvia de gracia viene a nosotros desde el trono del Señor, no de nosotros a él. Eso es lo que va a atraer a todos a nuestras vidas y testimonios. Cuando la gente vea que la gracia verdadera llueve sobre nosotros, van a ver las maravillas que hace en nosotros y sabrán que nuestros corazones han sido ganados no por nuestro trabajo, sino por voluntad de Dios. ¡Que así sea en tu vida hoy día!
Una vez que comprendamos esta verdad, nuestras vidas estarán marcadas por la libertad, no por la esclavitud; por el gozo, no por el agotamiento; por el deleite, no por el temor. Pasar tiempo en la presencia de Dios se volverá un alegre regalo en lugar de un deber. Después de todo, Jesús nos dice que ya no somos Sus siervos, sino Sus amigos.
Nada de esto niega nuestra responsabilidad. Por supuesto que hay que poner la alarma del despertador para levantarse y orar. Pero ni se te ocurra hacerlo sin el aceite de la gracia de Dios. Y no se te ocurra leer la Biblia sin la gracia, o saldrás condenado y temeroso en lugar de iluminado y con poder. ¿Por qué? Es obra de la gracia de Dios mostrarnos nuestra incapacidad. Esa es la única manera de que podamos reconocer Su capacidad.
No, no dejes tu grupo de apoyo. No renuncies a tu tiempo consagrado a la oración. No renuncies a tu grupo de estudio bíblico. No renuncies a ninguna de estas maravillosas disciplinas, a menos que se estén interponiendo en el camino de la gracia de Dios trabajando totalmente en tu vida.
Algunos de ustedes podrían decir: “De la forma en que estás hablando, nadie va a orar jamás. Nadie va a disciplinarse para la tarea, no está en nosotros. Si seguimos tu sugerencia, nadie sabrá nunca el camino de Dios para nosotros.”
Sólo recuerda que la lluvia de gracia viene a nosotros desde el trono del Señor, no de nosotros a él. Eso es lo que va a atraer a todos a nuestras vidas y testimonios. Cuando la gente vea que la gracia verdadera llueve sobre nosotros, van a ver las maravillas que hace en nosotros y sabrán que nuestros corazones han sido ganados no por nuestro trabajo, sino por voluntad de Dios. ¡Que así sea en tu vida hoy día!