AHORA HAY UN NUEVO PACTO by Gary Wilkerson
“Pero Cristo, habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios, de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.” (Hebreos 10:12-14).
¡Qué gran sacrificio! Dios dice ahora que el pacto no es como aquel que hizo con los ángeles. No es como el pacto hecho con Adán - pues Adán falló. Tampoco es como el pacto de la circuncisión - donde los hijos de Israel fallaron. No es como el pacto hecho con la Ley de Moisés y no es como el pacto del sacrificio de los sumos sacerdotes. Dios dice que este es un nuevo pacto hecho a través de Su Hijo, Cristo Jesús. Se trata de un mejor pacto, un pacto más excelente, un pacto sagrado. Es el pacto de Cristo que nos convierte a una nueva vida, una nueva criatura. Él está removiendo lo viejo y haciendo todas las cosas nuevas.
Este no es un pacto basado en nuestros esfuerzos. No es una sociedad con Dios. No es que Dios este negociando con su pueblo en términos de beneficio mutuo. No es Dios diciendo: "Voy a hacer esto si tú haces esto otro." En lugar de eso, Dios dijo: "¿Has tenido suficiente de estos pactos anteriores? ¿Estás lo suficientemente cansado ahora de fallar? "¿Estás cansado y frustrado de tratar, en tu propio poder moral, de mostrar cuan santo eres delante de Dios? ¿Estás cansado de verte a ti mismo al nivel de Dios, como si Dios trajera las ofertas de su pacto y entonces tú trajeras las tuyas en pie de igualdad?
La Palabra de Dios dice que cada pacto que Él hizo tiempo atrás tenía un propósito: mostrarnos la incapacidad de nuestra fibra moral, nuestra incapacidad de guardar un pacto al mismo nivel de Dios (Véase Hebreos 1:1). Esto finalmente nos llevó al punto -tal como Dios lo hace a través de la ley ahora, incluso en los tiempos del Nuevo Testamento- en el que decimos: "Yo no puedo hacer esto solo. Vengo con las manos vacías, Señor. Si tu no tomas las dos partes del pacto, la tuya y la mía, si tu no cumples Tus promesas y mis promesas, no puedo mantenerme en pie".
¡Qué gran sacrificio! Dios dice ahora que el pacto no es como aquel que hizo con los ángeles. No es como el pacto hecho con Adán - pues Adán falló. Tampoco es como el pacto de la circuncisión - donde los hijos de Israel fallaron. No es como el pacto hecho con la Ley de Moisés y no es como el pacto del sacrificio de los sumos sacerdotes. Dios dice que este es un nuevo pacto hecho a través de Su Hijo, Cristo Jesús. Se trata de un mejor pacto, un pacto más excelente, un pacto sagrado. Es el pacto de Cristo que nos convierte a una nueva vida, una nueva criatura. Él está removiendo lo viejo y haciendo todas las cosas nuevas.
Este no es un pacto basado en nuestros esfuerzos. No es una sociedad con Dios. No es que Dios este negociando con su pueblo en términos de beneficio mutuo. No es Dios diciendo: "Voy a hacer esto si tú haces esto otro." En lugar de eso, Dios dijo: "¿Has tenido suficiente de estos pactos anteriores? ¿Estás lo suficientemente cansado ahora de fallar? "¿Estás cansado y frustrado de tratar, en tu propio poder moral, de mostrar cuan santo eres delante de Dios? ¿Estás cansado de verte a ti mismo al nivel de Dios, como si Dios trajera las ofertas de su pacto y entonces tú trajeras las tuyas en pie de igualdad?
La Palabra de Dios dice que cada pacto que Él hizo tiempo atrás tenía un propósito: mostrarnos la incapacidad de nuestra fibra moral, nuestra incapacidad de guardar un pacto al mismo nivel de Dios (Véase Hebreos 1:1). Esto finalmente nos llevó al punto -tal como Dios lo hace a través de la ley ahora, incluso en los tiempos del Nuevo Testamento- en el que decimos: "Yo no puedo hacer esto solo. Vengo con las manos vacías, Señor. Si tu no tomas las dos partes del pacto, la tuya y la mía, si tu no cumples Tus promesas y mis promesas, no puedo mantenerme en pie".