LA IGLESIA COMIENZA EN CASA

Ya hemos visto en las Escrituras que la verdadera iglesia de Dios está dondequiera que haya creyentes que le ministren al Señor. Y eso tiene que estar ocurriendo en tu hogar. El apóstol Pablo dice sobre Priscila y Aquila: "... a la iglesia de su casa" (Romanos 16:5).

Muchos cristianos llegan a la casa a una deslumbrante televisión y dedican poco tiempo, si alguno, para ministrar al Señor. Nunca oran. Nunca se encierran en el lugar secreto para buscar al Señor o interceder por sus esposas e hijos. Sin embargo, ¡se quejan de que no pueden encontrar una iglesia!

No importa si no hay un esposo o padre en tu hogar que pueda asumir el papel de sacerdote. Tú puedes ser una madre soltera, un hombre soltero o una mujer soltera. Sin embargo, sin importar quién seas, Dios dice que eres un sacerdote real ¡y estás llamado a ministrarle a Él!
Tal vez digas: "Pero es que ya encontré la iglesia correcta y me encuentro con el Señor allí cada semana. Escucho una predicación piadosa y entro en una adoración maravillosa. Estoy satisfecho con mi iglesia".

Me alegro contigo por ello, pero si tú ves a la iglesia como tu grupo local de compañerismo, entonces todavía no has encontrado la verdadera iglesia. La iglesia correcta, bendecida por Dios comienza donde tú vives.

Y si tú no estás ministrando al Señor en casa, entonces, lo más probable es que te hayas enfocado tan sólo en tus necesidades personales y no encontrarás la iglesia correcta hasta que vayas a tu lugar secreto de oración. Lo hallarás al darle a Jesús tiempo de calidad, ¡al servir el deseo de Jesús de tener comunión contigo!

Cuando tu hogar se convierta en una iglesia, todas tus necesidades más profundas serán saciadas, no por medios humanos, sino por tu Padre celestial, de una forma sobrenatural. Las necesidades de tus hijos también serán saciadas, ¡todo porque el Espíritu Santo tiene comunión contigo en tu lugar secreto! Entonces podrás ir a cualquier iglesia, sin importar cuán muerta parezca estar. ¿Por qué? ¡Lo harás para tener comunión allí con otros buscadores hambrientos! Él tiene siervos hambrientos en todas partes, y Él, sobrenaturalmente, te conducirá a aquellos con quienes podrás compartir tu hambre de ministrar al Señor.