GRACIA QUE HACE UNA VIDA PELIGROSA by Gary Wilkerson
El ángel Gabriel le habló a María, la madre de Jesús, y le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo;…mas ella…se turbó por sus palabras” (Lucas 1:28-29).
Yo creo que María se turbó cuando el ángel le habló porque ella estaba consciente de la historia de su pueblo. Ella sabía lo que le había sucedido a los israelitas que hallaron gracia delante de Dios. El resultado fue bendición, es cierto, pero no siempre era agradable. Considere estos ejemplos:
Abel halló gracia delante de Dios a través de su sacrificio agradable al Señor. Pero el hermano de Abel, Caín, estaba celoso porque él no halló el mismo favor - y Abel pagó con su vida.
Noé halló gracia ante Dios. Él vivió rectamente en una generación malvada y fue salvado de la destrucción del diluvio. Sin embargo, todas las comodidades que Noé conoció en la tierra fueron aniquiladas. La historia de la construcción de la sorprendente arca no fue un cuento para niños, sino que era una historia triste de juicio en una escala mundial. Aunque Noé y su familia sobrevivieron, perdieron todo lo que tenían en gran estima.
Lot halló gracia delante de Dios y fue capaz de escapar al juicio. Dios lo libró de Sodoma, una ciudad preparada para enfrentar la destrucción ardiente. Pero al escapar, Lot perdió casi todo lo que estimaba, incluyendo a su esposa.
José halló gracia delante de Dios y fue bendecido con sueños proféticos. Pero el don que distinguió el favor de José también enfureció a los que lo rodeaban.
Mi punto es que hallar gracia ante Dios es peligroso - y María lo sabía. Las Escrituras hebreas lo dejan claro historia tras historia: Hallar gracia puede ir acompañado de peligro, dificultades, presión, persecución, dolor y tribulaciones. Lamentablemente, gran parte de la iglesia americana no reconoce esto en cuanto al favor de Dios. Muchos pastores enseñan que hallar gracia significa ser próspero, tener una linda casa o auto, nunca ser perseguido, vivir sin dificultades y siempre estar en la cima.
María lo sabía muy bien y lo demostró en su respuesta al ángel: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38). ¡Esa es la respuesta que quiero tener! No importa qué tan peligroso sea hallar gracia ante Dios, no quiero cambiarlo por una vida fácil y cómoda. Yo no quiero ser librado de los problemas si es que eso significa perder Su favor.
Yo creo que María se turbó cuando el ángel le habló porque ella estaba consciente de la historia de su pueblo. Ella sabía lo que le había sucedido a los israelitas que hallaron gracia delante de Dios. El resultado fue bendición, es cierto, pero no siempre era agradable. Considere estos ejemplos:
Abel halló gracia delante de Dios a través de su sacrificio agradable al Señor. Pero el hermano de Abel, Caín, estaba celoso porque él no halló el mismo favor - y Abel pagó con su vida.
Noé halló gracia ante Dios. Él vivió rectamente en una generación malvada y fue salvado de la destrucción del diluvio. Sin embargo, todas las comodidades que Noé conoció en la tierra fueron aniquiladas. La historia de la construcción de la sorprendente arca no fue un cuento para niños, sino que era una historia triste de juicio en una escala mundial. Aunque Noé y su familia sobrevivieron, perdieron todo lo que tenían en gran estima.
Lot halló gracia delante de Dios y fue capaz de escapar al juicio. Dios lo libró de Sodoma, una ciudad preparada para enfrentar la destrucción ardiente. Pero al escapar, Lot perdió casi todo lo que estimaba, incluyendo a su esposa.
José halló gracia delante de Dios y fue bendecido con sueños proféticos. Pero el don que distinguió el favor de José también enfureció a los que lo rodeaban.
Mi punto es que hallar gracia ante Dios es peligroso - y María lo sabía. Las Escrituras hebreas lo dejan claro historia tras historia: Hallar gracia puede ir acompañado de peligro, dificultades, presión, persecución, dolor y tribulaciones. Lamentablemente, gran parte de la iglesia americana no reconoce esto en cuanto al favor de Dios. Muchos pastores enseñan que hallar gracia significa ser próspero, tener una linda casa o auto, nunca ser perseguido, vivir sin dificultades y siempre estar en la cima.
María lo sabía muy bien y lo demostró en su respuesta al ángel: “He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra” (Lucas 1:38). ¡Esa es la respuesta que quiero tener! No importa qué tan peligroso sea hallar gracia ante Dios, no quiero cambiarlo por una vida fácil y cómoda. Yo no quiero ser librado de los problemas si es que eso significa perder Su favor.